La defensa navarra cierra el paso a Corzo en el partido de ida. FOTO: Mariano González
| Cuatro Rayas Valladolid
Contra el candado navarro
14 de Febrero de 2014
En un tren hay una locomotora, que marca el ritmo, y un vagón de cola, que es el último compartimento en llegar a la estación. El Cuatro Rayas espera impaciente que un cambio de aguja vire su trayectoria hacia un destino mejor. En Pamplona, el vagón amarillo puede desviarse de su trayectoria lejos de la estación de Huerta del Rey, donde no gana desde hace casi un año.
Para elegir bien en ese cruce de caminos, el equipo vallisoletano deberá desarbolar la defensa planteada por Aitor Etxaburu, que ha dado forma a un candado que es difícil de forzar. "Su mayor virtud, con diferencia, es la defensa. Son gente grande que se junta mucho y muy atrás; nosotros tendremos que mover mucho la pelota para hacer goles", analiza Nacho González, consciente de que sólo los dos equipos catalanes han recibido menos goles que el Anaitasuna.
Las vías parecen estar más oxidadas si se tiene en cuenta la solvencia del Helvetia en su feudo, donde sólo ha cedido una derrota (ante Huesca) en lo que va de temporada; un traspiés que le impide contar por victorias todos los partidos de casa, donde se han hecho más fuertes jugadores como Nadoveza o Ricard Reig, una de las mayores amenazas para los intereses vallisoletanos, a juicio de su entrenador: "Es fundamental cortar la conexión con el pivote", advierte Nacho.
La presión va en aumento con las victorias de los concubinos del Cuatro Rayas en la parte baja de la clasificación; un dato que no incomoda en exceso al técnico pucelano, mientras que la salvación siga dependiendo de ellos mismos: "Es complicado ganar fuera de casa, pero nunca sabes dónde puedes ganar un partido. La gente está con ganas de competir y de intentar puntuar", asegura Nacho González, que añade: "Lo importante es lo que hagamos nosotros. Mientras que matemáticamente dependamos de nosotros mismos no tenemos que mirar a nadie", asevera.
Con Paco López entre algodones, aquejado de un golpe en la rodilla, el equipo viajará a Navarra la misma mañana del partido; una circunstancia que queda lejos de ser idónea para los jugadores: "Salir a las siete de la mañana no es lo mejor para el deportista, pero es la situación del balonmano actual"; una situación en la que los problemas económicos marcan el día a día de los jugadores, afectados por los retrasos en los pagos de las nóminas: "A la plantilla le preocupa, sobre todo a los más mayores o a los que tienen familia; es normal. Son cosas que pasan factura, como es lógico", asegura Nacho González.
Pese a viajar con el viento de cara, el entrenador ve posible volver de Pamplona con un resultado positivo, pese a no contar con Alberto Camino ni Cacheda en el central, una posición determinante en el balonmano que no espera reforzar, teniendo en cuenta que el gallego podría volver en abril o mayo: "Si traes a alguien tiene que ser un jugador con unas características especiales, que sea un líder. No quiero traer a alguien que no vaya a aportar", concluye rotundo el técnico.