Óscar Simón. FOTO: V.D.
| BM Valladolid
Balances y promociones
19 de Febrero de 2014
Un año puede pasar volando o caminando por arenas movedizas; todo depende de cómo lo estés pasando. Óscar Simón, aprovecha para celebrar su primer aniversario como presidente para hacer balance de sus primeros trece meses al frente del club, soplando una tarta en la que la receta ha marcado una cucharada sopera amarga por cada cucharada de café dulce.
Simón ha desmigado la realidad del Balonmano Valladolid, tocando los tres pilares de la entidad a la que representa: el deportivo, el económico y el social. En lo deportivo, el camino que recorre el equipo es empedrado. El equipo está en puestos de descenso, en una situación parecida a la que vivía cuando se hizo con el cargo de presidente; para dar un golpe de timón, el directivo quiere ver el sábado, ante el colista, un Huerta del Rey hasta la bandera. Para ello el club ha lanzado el Día del Socio, en la que cualquier abonado puede recoger una entrada (de las 500 disponibles) para invitar a algún amigo o familiar al balonmano: "Queremos que Huerta del Rey sea un hervidero y que el equipo tenga ocho jugadores en la cancha; entendemos que tiene que ser el partido de la afición", declara. Además, cualquier persona que acuda al coliseo pucelano vestido de amarillo se le regalará una entrada para la siguiente jornada que el equipo juegue en casa.
En lo que respecta a la economía, Óscar Simón asegura que el club tiene "superávit real, no ficticio", pese a que la deuda del aún no se ha visto netamente recortada en el último año. El directivo del Balonmano Valladolid asegura que "Si nosotros no llegamos a actuar, esa deuda (de aproximadamente 1.600.000 euros) habría llegado a los dos millones. Tenemos menos deuda que el año pasado", declara, a la vez que asegura desconocer la "deuda a día de hoy".
El presidente se anota un tanto asegurando que " todos los jugadores están al día de sus cobros. Hace doce meses no lo estaban", matizando sus palabras cuando se le pregunta con respecto a deudas de campañas anteriores; un compromiso que asegura seguir cumpliendo según el calendario de pagos establecido: "A día 31 de enero no hay un compromiso de pago que no esté cumplido".
La salud económica de cualquier club deportivo pasa por el peso de sus patrocinadores, una cartera de mecenas que en muchos casos no ayuda a teñir los números rojos, pero que ayuda a no engrosarles: "Tenemos una serie de patrocinadores que no han metido dinero, pero han evitado que salga (ahorrando dinero en servicios médicos, página web...)", afirma, a la vez que asegura que existen patrocinadores que aportan dinero a las arcas sin aparecer en la galería, prefiriendo mantener el anonimato. Simón lamenta la dificultad para encontrar patrocinadores potenciales, porque "hay gente que dificulta la entrada de patrocinios"; una mano negra a la que Simón no pone nombre, ni mucho menos apellidos.
Los que sí que tienen nombre y apellidos son dos extrabajadores del club despedidos en la Era Simón: Fernando Ramos y Raúl Torres. En el caso del jefe de los servicios médicos, el club llegó a un acuerdo por el que se le abonaron los salarios pendientes y se pactó el pago de su despido; el tema del exgerente es un terreno más espinoso para Óscar Simón, que asegura que el trabajador declinó la oferta que el club puso sobre la mesa.
Una sentencia judicial dicta la entidad debe abonar a Raúl Torres una cantidad cercana a los 50.000 euros, que en caso de ejecutarse "el club desaparece", a juicio del actual presidente, que lanza un dardo al extrabajador. "Al médico se le debía dinero desde 2011; Raúl Torres era uno de los agraciados a los que no se les debía nada", asegura. "Cualquier persona que entienda la situación tiene que dar un poco de oxígeno, porque si el club desaparece aquí no cobra nadie", declara, a la vez que lanza una piedra al aire: "Hay cosas que no entiendo, como que un avión salga de Madrid a Viena y aterrice en Brasil".