36-35: Siete metros malditos
No pudo ser. Tras una excelente fase de ascenso donde se impusieron a Bidasoa Irún con claridad en semifinales, los de Nacho González se plantaban en la final ante los anfitriones, GoFit, con un único objetivo; el ascenso a Asobal. Los pucelanos lo rozaron con los dedos
Un lanzamiento que llevaba tras dos tandas de penaltis y tras una prórroga emocionante donde GoFit pudo remontar la ventaja de los pucelanos. Antes de todo eso, el choque había arrancado con un Atlético Valladolid enchufado que se escapó en el marcador sin que los santanderinos pudieran hacer nada. Un parcial de 5-0 en
Los de González siguieron en esa tónica durante toda la primera mitad manejando ventajas de 3-4 goles, liderados por un excelente Fernando Hernández (22 tantos). GoFit remaba y remaba pero no lograba alcanzar al Atlético Valladolid que se iba al descanso con una renta de dos (14-16). El duro 6-0 planteado por el técnico pucelano se le atragantaba a los santanderinos que, tras el paso por vestuarios, no eran capaces de reducir la renta. GoFit seguía a lo suyo sin
Rey, bajo palos, evitaba que los santanderinos se pusieran por delante -no lo consiguieron en todo el tiempo reglamentario- y el choque se marchó al tiempo extra gracias a las grandes defensas y a los errores en los tiros finales -Kallman tuvo el partido en su mano y en la jugada siguiente GoFit no supo gestionar los segundos-. En la prórroga uno de los actores principales fue César Pérez -el meta pucelano realizó tres acciones de mérito- y otro Ávila que a falta de minuto y quince segundos dejó a los suyos con uno menos. Valladolid tenía ventaja en el marcador pero el empuje local fue mayor y el choque se fue a los siete metros.
Unos siete metros malditos para los pucelanos ya que erraron un par de lanzamientos y siempre estuvieron contra las cuerdas. En ese ir y venir de oportunidades, de lanzamientos, la suerte estuvo de cara a los santanderinos y logran así el ascenso. El del Atlético Valladolid deberá esperar, al menos, un año más.