Eilet jugó su mejor partido desde que llegó al Cuatro Rayas. FOTO: Mariano González
Eilet jugó su mejor partido desde que llegó al Cuatro Rayas. FOTO: Mariano González
Eilet jugó su mejor partido desde que llegó al Cuatro Rayas. FOTO: Mariano González
 |  Cuatro Rayas Valladolid

32-28: Eilert cogió su fusil

9 de Marzo de 2013
Escrito por
Guillermo Sanz
Toro o torero, el caso es que Eilert destiló bravura por todos los poros de su cuerpo. Las musas de Hans Christian Andersen vinieron a visitar a Valladolid a su compatriota, que escribió con la soltura de un maestro de la pluma las primeras líneas de la historia de un partido que empezó con el protagonista dentro de un pozo y que terminó con el mismo deslumbrado por la luz del sol, causa y efecto de un rescate dirigido por el danés y comandado por un cuerpo de defensa serio y bien plantado. 


García Vega ponía la brocha y Eilert el capote. El juego de los oficios que cantaba Teresa Rabal comenzó con el central berciano pintando al Cuatro Rayas de otro color, filtrando pases entre las piernas de los defensores navarros como el que filtra agua en la jarra Brita de su casa. Colores vivos para el inicio de la temporada primavera-verano, a la que ya sólo le quedan nueve desfiles por pasarelas. 


El nórdico, por su parte, metió los pies en caliente para entrar tibio en el partido, con hambre de toro en ataque y con la muleta atrás para capear el temporal. Con más experiencia sobre la arena, Eilert parece haber comprendido la importancia de la defensa y compartió sus dosis de ímpetu en ataque con las de los momentos de replegarse. Una balanza bien equilibrada que convirtió al hombre que vino del frío en la cabeza más caliente del partido. 


El objetivo en ambas áreas no era otro que poner el candado al cuello de los pivotes. A los locos bajitos les metieron la cordura a cucharadas. Reig y Porras fueron dos pueblos aislados por la nieve, la que caía a copazos desde las defensas bien plantadas de Cuatro Rayas y Helvetia. Con ese camino impracticable, los lanzamientos desde la línea de nueve metros se convertía en el helicóptero de rescate, y fue ahí donde Eilert enseñó cómo se las gastan los daneses en lo que a tecnología aérea se refiere, con seis tantos en la primera parte. 


Con la ventaja en manos del Cuatro Rayas (5-4), y con Capón viendo pasar la vida desde su portería, incapaz de sumar paradas al trabajo de su equipo, Etxaburu puso sus balas en Javier Borragán, que fue la versión beta del Eilert, colgándose el potencial ofensivo de su equipo a las espaldas. La fe mueve montañas, y la de los navarros movió la defensa amarilla unos centímetros, los suficientes para devolver la igualdad al marcador (10-10). 


Los sudores fríos empezaron a caer por la frente del Cuatro Rayas cuando se quedó en inferioridad numérica, por exclusión de Krivokapic, y con el Anaitasuna empeñado en levantarles la cartera. Les faltó a los navarros la habilidad del ratonero de barrio bajo en los dedos para quedarse con el billetero de Pastor. Fernando Hernández, desde la línea de siete metros, alertó de las intenciones de la cuadrilla de Etxabru y Eilert con un cañonazo de los suyos les dio el alto (12-10).


Se esfumó el Helvetia por los conductos de ventilación de Huerta del Rey. No supo mostrar su mejor cara y pagó muy caro los errores en ataque. Cuando la ventaja amarilla llegó hasta los tres goles, El técnico navarro se atrevió a frenar el momento de inspiración de los vallisoletanos con un tiempo muerto, pero el coche del Cuatro Rayas iba demasiado rápido, conducido por un piloto veterano, García Vega, que se turnaba con uno novel, César Pérez, que pega el estirón cuando le toca dar relevo a su compañero de posición. La circulación de juego de los centrales hizo una herida sin esterilizar en la piel navarra. 


A un minuto del final del primer periodo, a Eilert se le cayó una mancha de tinta en su brillante examen, viendo cómo una exclusión condicionaba el inicio de la segunda parte de su equipo. No lo aprovechó el Anaitasuna y Pastor quiso pedir un tiempo muerto al diez segundos del cierre de actas para poner pólvora al último petardo que le quedaba al primer acto. La mecha mojada de Krivokapic envió el último balón a las nubes dejando las cosas como estaban (17-14).  


De vuelta a la pista, Borragán golpeó primero, pero no golpeó dos veces, o no al menos lo suficientemente duro como para tumbar a un Cuatro Rayas que en esta ocasión fue todo músculo. Un pequeño espejismo de recuperación por parte de los navarros con un parcial de 3-4 en el primer parcial tras la reanudación. Aún así no lograba subirse a las barbas de los vallisoletanos, que seguían mandando en su casa (20-18). El efecto géiser del Anaitasuna duró lo que dura el chorro de agua caliente. 

 
El conjunto navarro no quiso poner color a los fotogramas de su película, y se convirtió en un film en blanco y negro, con el actor invitado apático, gris y mudo, con Montávez y Novelle, con cinco fallos cada uno, incapaces de dar una voz más alta que la del rival que tenía enfrente. Cuatro goles navarros en 20 minutos de partido bajaron la verja de las opciones navarras mucho antes del final del partido (29-25).


El último tramo fue un brindis para la afición (32-28) y para el equipo vallisoletano que, con los dos puntos conseguidos ante el Helvetia sale de los puestos de descenso. Una bombona de oxígeno que permite a los de Pastor ver la Liga con otro color. 




FICHA TÉCNICA DEL PARTIDO


32.- CUATRO RAYAS VALLADOLID (17+ 15): Héctor Tomás (p.), García Vega (2), Porras (2), Fernando Hernández (3, 3p.), Krivokapic (5), Eilert (12) y Félix (2) -Siete inicial- También jugaron: César Pérez Verdejo (p.s.), Peciña (1), Ávila (-), Víctor Alonso (2), Lacasa (-) y César Pérez (3).


28.- HELVETIA ANAITASUNA (14+ 14): Capón (p.), Carvajal (3), Martínez (2), Meoki (-), Nadoveza (2), Borragán (8) y Goñi (2) -Siete inicial- También jugaron: Schulz (p.s.), Reig (2), Montávez (4), Novelle (2), Gastón (-) y Chocarro (2). 


Parciales cada cinco minutos: 3-3, 5-4, 8-7, 10-10, 14-12, 17-14-Descanso- 20-18, 23-20, 23-20, 25-22, 29-25 y 32-28 -Final-.


Árbitros: García Serradilla y Marín Llorente (Federación catalana). Excluyeron dos minutos a Krivokapic (Min. 19), Eilert (Min.29), Peciña (Min. 44) y Víctor Alonso (Min.47) por parte del Cuatro Rayas Valladolid y a Meoki (Min. 13) y Novelle (Min.15) por parte del Helvetia Anaitasuna. 


Incidencias: Partido perteneciente a la vigésimo primera jornada de la Liga Asobal, celebrado en el Polideportivo Huerta del Rey ante, aproximadamente, 1.100 espectadores.