32- 28: Boleto ganador sin premio
El Cuatro Rayas se quedó a un número de llevarse el premio gordo; lo rozó con las puntas de los dedos, e hizo méritos para abrir el cava y brindar, pero el Atlético de Madrid tenía más papeletas y la lógica, justa o no, dice que el que más participaciones tenga más opciones tiene de ganar. Así fue.
Eilert salió a las tablas del Palacio de Vistalegre a recitar sus líneas favoritas de Cuento de Navidad. Charles Dickens hubiera estado orgulloso de la interpretación que el danés hizo del fantasma de las navidades pasadas, esas en las que el Cuatro Rayas vendía cara su piel ante los coleccionistas de títulos. Un lanzamiento suyo en suspensión sorprendió a Sabanovic y abrió el marcador para un pez chico que empezó mordiendo al grande.
Siguiente jugada y misma historia. Eilert repitió disparo y el final fue el mismo; balón dentro en el déjà vu del guardameta atlético. El conjunto amarillo continuó a los mandos de su excavadora para seguir haciendo estragos en la defensa madrileña que no veía manera de parar los envites pucelanos, que, poco a poco, se vieron capaces de hacer algo grande.
Cuando el luminoso marcaba un sorprendente 2-6 a favor del Cuatro Rayas, la paciencia de Talant Dujshebaev se terminó. El técnico pidió un tiempo muerto para despertar a sus hombres, sobre todo a dos: Lazarov y Balic. Los fantasmas de las navidades presentes jugaban a pares en el Atlético de Madrid para aferrarse a la Liga.
Se despertó Maravilla Balic y con una rosca por debajo de las piernas de Krivokapic acercó posturas 6-7. El balcánico dejaba olor a azufre a su paso, fue el jinete encargado de encabezar el apocalipsis atlético, que con un parcial de 6-1 se ponía por primera vez por delante (8-7).
Siguiendo las indicaciones de la brújula de César Pérez, no bajó el Cuatro Rayas los brazos, y con una circulación rápida llegaban los lanzamientos atrevidos buscando la portería de Sabanovic, con mucha más dificultad que en los primeros compases. Los hombres de Dujshebaev ya se habían aprendido la lección y maniataron a Eilert para evitar malos tragos, pero el plan B seguía funcionando para dejar vivo al Cuatro Rayas. Gonzalo Porras sacaba oro cada vez que el balón llegaba a sus manos, consiguiendo lanzamientos desde los siete metros, perfectamente materializados para dejar pasar a los nervios a Vistalegre.
El trabajo de hormiga en ataque era pisoteado en defensa. El ataque rojiblanco era un misil de demasiado calibre como para intentar frenar su trayectoria. La metralleta Lazarov acribillaba a Héctor Tomás.Un penalti ejecutado por el macedonio con el tiempo cumplido dejó otro agujero de bala en el cuerpo del guardameta del Cuatro Rayas (17-14).
El conjunto de Juan Carlos Pastor volvió a pisar el tapiz azul en inferioridad numérica. Krivokapic había sido excluido en las postrimerías de la primera mitad y un Atlético mucho más fresco aprovechó esa baza para ahondar en su ventaja hasta un cómodo 21-15. La nao madrileña navegaba por aguas más tranquilas gracias a los vientos balcánicos que soplaban en la capital de España. Balic y Lazarov se bastaban para despejar unas dudas a las que les está empezando a crecer raíces.
Con la diferencia máxima (27-20) para los atléticos, Dujshebaev decidió dar paso bajo palos a Antonio Díez, tal vez pensando en que la goleada era cuestión de tiempo. Se equivocaba. El madrileño sólo pudo dar testimonio de los arrestos amarillos, con una parada en once lanzamientos.
Mientras que Dujshebaev jugaba con el efecto Lazarov, Pastor lo hacía con el de Lázaro, y el Cuatro Rayas resucitó. Levántate y anda, y el cuadro vallisoletano anduvo de lo lindo para endosar un parcial de 3-6 que le metía de lleno en el partido a cinco minutos del final (30-26). La muralla defensiva recibió una dosis de cemento, mientras que Krivokapic, que jugó lesionado un buen puñado de minutos, fue el reflejo del espíritu de lucha.
Eilert, en su día más brillante, continuó impartiendo un master de lanzamientos para poner las cosas apretadas, el marcador y las corbatas, en Vistalegre. César Pérez se encargó de acompasar al nórdico y un gol del central reducía las distancias entre Madrid y Valladolid a dos goles (30-28).
En este momento, Pastor creyó más que nunca en sus jóvenes pupilos, y pidió un tiempo muerto para intentar dar una bofetada a la lógica, sin embargo la vieja aguafiestas sabe defenderse. Gajun y Parrondo fueron el pañuelo con el que Dujshebaev, que terminó desquiciado, se secó el sudor (32-28).
Puede sonar discordante, pero la derrota ante el Atlético de Madrid fue una victoria, sin puntos, pero una victoria. El Cuatro Rayas se demostró a sí mismo y a los demás que puede hacer las cosas bien. La Liga no vuelve hasta febrero. El equipo tiene tiempo suficiente para lamerse las heridas, descansar y seguir, a la vuelta del parón, poniendo brillos al fantasma de las navidades futuras.
FICHA TÉCNICA
32.- Atlético de Madrid (17 +15): Sabanovic (p.), Masachs (3, 1p.), Aguinagalde (-),Jurkewich (1), Gojun (4), Edu Fernández (1) y David Davis (1) Siete inicial- También jugaron: Antonio Díez (p.s.), Kallman (-),Romero (5), , García Parrondo (2), Cañellas (2), Balij (5) y Lazarov (8, 2p.).
28.-Cuatro Rayas Valladolid (14+14): Héctor Tomás (p.), Porras (3), Eilert (8), Krivokapic (5), Cesar Pérez (3), Víctor Alonso (4, 4p.) y Félix García (-) Siete incial- También jugaron: Víctor Megías (4), Peciña (1), Fernando Hernández (-), Roberto Pérez (-) y Bozovic (-).
Parciales cada cinco minutos: 2-4, 4-6, 7-7, 10-8, 13-11, 17-14 -Descanso- 21-15, 21-17, 25-19, 28-22, 30-26 y 32-28 Final-
Árbitros: Ruiz González y Zapico Fernández. Excluyeron a Edu Fernández (Min. 33 y Min. 38) y a Kallman (Min. 42), del lado del Atlético de Madrid y a Víctor Alonso (Min. 16), Marko Krivokapic (Min. 29) por parte del Cuatro Rayas Valladolid.
Incidencias: Partido perteneciente a la decimoquinta jornada de la Liga Asobal, celebrada en el Palacio de Vistalegre ante, aproximadamente, 2.831espectadores.