32-22: Dolorosa dentellada
No es lo mismo que te muerda un león, a que lo haga un perro. La dentellada del felino siempre es más dolorosa, y puede llegar a ser mortal. Esta perogrullada trae una moraleja; si metes la cabeza entre las fauces del rey de la selva puedes ser protagonista de un trágico final. Esa fue precisamente la suerte que corrió el Cuatro Rayas en el Palacio de los Deportes de León. La imagen de la última jugada del encuentro, con un Ángel Romero renunciando a jugarse el postrero golpe franco, dejando caer el balón de sus manos, derrotado, fue un reflejo del entrenador de boxeo que lanza la toalla. No quedaban fuerzas ni para el honor, y es que la clase magistral que el Ademar dio a los vallisoletanos fue un castigo de regla en mano y nudillos preparados para el latigazo. Una lección de que la letra con sangre entra, que se diría en otras épocas, y que, efectivamente será difícil de olvidar.
El Cuatro Rayas que viajó a León no fue ni la sombra del que siete días antes hacía correr un escalofrío por la espalda del Barcelona. Es esta ocasión, y volviendo a tirar de diccionario popular, se podría espetar eso de: Cuatro Rayas, no te reconozco. El equipo se vio sobrepasado por un Ademar al que todavía le corría por las venas el orgullo Champions. Sin apenas saber de dónde llovían las balas, el equipo vallisoletano se encontró con un 10-3 en contra en el marcador. En media parte, los hombres de Pastor sólo habían logrado encontrar puerta en tres ocasiones, un dato incomprensible si uno atiende a las estadísticas, pero lo que rozaba la ciencia ficción es que Sierra estuviera abducido, ausente, incapaz de frenar los envites leoneses.
Tres minutos más tarde, Pastor sentó al onubense, humano como todos y con derecho a tener un mal día, y confió en Yeray Lamariano. El eibarrés se convirtió en el mejor de los amarillos en León. Sus once paradas evitaron un mayor ridículo en tierras enemigas. Con Yeray en racha y con una doble exclusión en las filas del Ademar, el Cuatro Rayas pareció meterse en el partido. No fue más que un espejismo. Krivoshlykov y los suyos continuaron haciendo travesuras a su antojo y llegaron al tiempo de refresco doblando a su rival en el marcador. (18-9), para jolgorio de una grada que disfrutaba del despropósito de su eterno rival.
La segunda parte no cambió el discurso de la pesadilla pucelana, que podía buscar, si no los dos puntos, no perder el gol average de cinco goles conseguido en el partido de ida. A la mala suerte (en más de media docena de ocasiones, un ataque del Cuatro Rayas acabó estrellándose con la madera), se unió el juego espeso de los amarillos. Ambos formaron un trío con tintes señoriales, siguiendo la filosofía del Pase usted primero y regalando muchos, demasiados balones a los jugadores ademaristas, que no perdonaban ante el marco de un Yeray Lamariano que vio ensombrecida su actuación.
De esta manera, el partido se convirtió en un correcalles, con el Cuatro Rayas volcado en maquillar el resultado y con el Ademar crecido, buscando hacer sangre de un equipo completamente roto. Un cadáver de cuerpo presente que quería resucitar a base de trabajo, pero ahí estaba Álamo, soberbio en la portería, y Antonio García para borrar de un plumazo cualquier hilo de esperanza vallisoletana. Los leoneses jugaron con una diferencia de entre siete y nueve goles, antes de llegar a la ventaja de diez con la que se puso fin a una sesión en el potro de tortura para Pastor y su equipo.
El anecdótico gol número 18.000 del Cuatro Rayas en la Asobal, anotado por Romero, no fue suficiente para que el Cuatro Rayas mantenga el gol average a su favor, y mucho menos para irse al obligado parón por el Preolímpico con la tercera plaza en la palma de la mano. Y, es que, si metes los dedos en la boca de un león, y el animal tiene hambre
es muy posible que te quedes sin ellos.
FICHA TÉCNICA:
32. - Reale Ademar (18+14): Álamo (p.), Stranovsky (6, 4 p), Antonio García (5), Ferrer (2), Carou (1), Andreu (2), Krivoschlykov (6), Ruesga (5), Goñi (-), Baena (2), Dalibor Cutura (2), Borges (1), Cabanas (-).
22. - Cuatro Rayas Valladolid (9+13): Sierra (p.), Nikcevic (3), Cutura (5), Romero (5), Gurbindo (3), Krivocapic (1), Víctor Alonso (2), Lamariano (p.s.) Asier Antonio (-), Ávila (-), Joli (3, 2 p), Alexis Rodríguez (-).
Arbitros: García Fernández y Pastor Gamón. Excluyeron a Ferrer y Carou (en tres ocasiones, siendo expulsado en el minuto 49), por parte del Reale Ademar y a Asier Antonio y Krivocapic por parte del Valladolid.
Parciales cada cinco minutos: 2-1, 7-3, 10.3, 13-6, 14-8, 18-9 Descanso- 20-11, 22-13, 24-15, 27-19, 30-21 y 32-22.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la jornada vigésimo tercera de la Liga ASOBAL disputado en el palacio municipal de deportes de León ante unos 5.000 espectadores.