Félix busca portería desde el extremo. FOTOS: Mariano González
Félix busca portería desde el extremo. FOTOS: Mariano González
Félix busca portería desde el extremo. FOTOS: Mariano González
Porras buscó el gol de todas las maneras posibles.
Héctor Tomás fue un héroe para Huerta del Rey.
A Peciña le tocó ver una buena parte del partido desde la grada.
 |  Cuatro Rayas-Cangas de Morrazo

31-25: Vuelve a casa por Navidad

12 de Diciembre de 2012
Escrito por
Guillermo Sanz

La plantilla del Cuatro Rayas se preparaba para celebrar la navidad en familia, la que tiene cada semana sentada en las gradas de Huerta del Rey, que esperaba como un niño que sus chicos encendieran las luces del abeto. En esta ocasión no estaban fundidas. Como invitados a la celebración, la tropa de Pillo. Los gallegos trajeron gambas y nécoras, pero sobre el mantel sólo se comió lechazo, regado con un Ribera de Duero.


Como buen anfitrión, el Cuatro Rayas salió a abrir la puerta; suyos fueron los primeros minutos del partido y cuando los gallegos llegaron, con un pelín de retraso, a la cita, los hombres de Pastor les dejaron sentarse en la mesa (2-2). Hasta ahí duró la cortesía.


Golpe a golpe, los vallisoletanos hicieron brillar sus luces más que el Cangas y comenzaron a cosechar una ventaja (8-6), que hizo desconfiar a un Pillo que no quería que su equipo se viniera abajo. Tiempo muerto del técnico de Morrazo y una petición para los reyes magos: más fuerza en defensa. El hormigón trajo exclusiones y éstas, a su vez unas alas nuevas para el equipo de Pastor.


Con dos mas sobre la pista, el Cuatro Rayas se creció, permitiéndose vestir el partido con alguna pieza de orfebrería fina, como un fly de Víctor Alonso que Krivokapic empujó al fondo de las redes de Santana. Un anticipo a lo que sería la máxima ventaja hasta el momento. La consiguió el extremo asturiano desde la línea de siete metros, con una visión menos nublada que en partidos anteriores (11-8).


El viento de las exclusiones empezó a soplar en contra del Cuatro Rayas que vio cómo Félix y Ávila dejaban en inferioridad al equipo de Juan Carlos Pastor. Parecía no importar, el bólido amarillo había metido la quinta marcha y, por si pinchaba, en boxes esperaba Héctor Tomás, haciendo un remiendo de chapa y pintura a las escasas abolladuras que cedía la defensa.


Con una dosis de tranquilidad el estado del enfermo Cuatro Rayas empezó a mejorar. La medicina había surgido su efecto y estaba listo para recibir el alta médica, creciéndose hasta el 15-10. Pudieron los gallegos hacerle recaer a los amarillos, pero Héctor Tomás primero y Eilert, con un latigazo que entró por el único hueco posible, lo impidieron (16-11).


Tras el descanso, vuelta a la mesa, para seguir disfrutando en familia de la cena prenavideña. Pronto llegó el carbón. Peciña vio la cartulina roja y a Pastor le tocó coger el cincel para redecorar la defensa; de nuevo el Cuatro Rayas supo capear el temporal. Ganar es cuestión de fe, y los pastorcillos de Huerta del Rey creyeron en sí mismos más que nunca.


A medida que la comodidad del Cuatro Rayas crecía (19-13), la del Cangas desaparecía. Los gallegos se esfumaron del juego y se reforzaron en defensa como pudieron. Leña para pasar el invierno calentito. Prueba de ello fue la doble exclusión de Eijo; tan pronto reapareció tras la primera, se le cayó encima la segunda. Cuatro minutos con uno menos parecía que destinaba al Cangas a meter la cabeza en la ría; sin embargo, el marcador estaba casi congelado.


Poco a poco, el deshielo iba apareciendo y el luminoso se movía, pero no al ritmo deseado por el Cuatro Rayas. Los gallegos con un juego en bloque se topaban con un Héctor Tomás que fue coreado por Huerta del Rey, hasta que el guardameta no pudo mas y no le quedó más remedio que ceder algún tanto a su rival. Se acercó el Cangas de Morrazo (24-20), pero esta no era una noche para las sorpresas. Los amarillos se sentían gigantes y no molinos. Eilert cargó su batería de confianza y Víctor Alonso se destapó como cazador desde la linea de siete metros. Dos ruedas para una moto que conducía, con la maestría del asiduo a la Ruta 66, Marko Krivokapic.


El equipo parecía seguir la coreografía alegre del Cascanueces, un clásico de estas fiestas, cantado a capela por la afición de Huerta del Rey, hoy especialmente sobresaliente.


Ni cuando el partido parecía listo para sentencia, con 30-25, a menos de un minuto para el final, la tarjeta verde salió a pasear. Una señal inequívoca de que el gol average se paga a precio de angulas en una competición como la Asobal. César Pérez redondeó el marcador hasta los seis goles que quería Pastor.


Abrió así el Cuatro Rayas su primer regalo antes de tiempo y, como todos lo paquetes que están bajo el árbol, dejó una sonrisa en la boca de jugadores, técnico y aficionados.


FICHA DEL PARTIDO:


31.- CUATRO RAYAS VALLADOLID (16+15): Héctor Tomás (p), Ávila (-), Krivokapic (5), Peciña (-), Eilert (8), Víctor Alonso (9, 5p.) y Megías (1) -Siete inicial- También jugaron: Porras (2), Lacasa (-), Fernando Hernández (1), César Pérez (2) y Félix Garcia (3).


25.- BM CANGAS (11+14): Santana (p.), Simes (1), Amarelle (5), Suso Soliño (4, 1p.), Cerqueira (5), Rosales (2) y David García (2, 2p.) - Siete inicial- También jugaron: Sera (-), Rubén Sliño (-), Levi (4), Eijo (1), Feldmann (-) y Pumar (1).   


Parciales cada cinco minutos: 2-2, 6-5, 8-6, 10-8, 13-10, 16-11 -Descanso- 18-13, 19-13, 22-17, 24-19, 27-23 y 31-25 - Final-


Árbitros: Luque Cabrejas y Pascual Sánchez (Federación catalana). Excluyeron a Félix García (Min. 21), Ávila (Min. 24 y Min. 42), Eilert (Min. 45) y Víctor Alonso (Min. 57) expulsaron a Peciña (Min. 32) del lado del Cuatro Rayas y a Dani Cerqueira (Min. 18), Levi (Min. 19) y Fernando Eijo (Min. 36 y Min. 39) del lado del Cangas de Morrazo.


Incidencias: Partido perteneciente a la decimocuarta jornada de la Liga Asobal, celebrado en el Pabellón Huerta del Rey ante, aproximadamente, 1.300 espectadores.