30-30: Un Rioja de bouquet amargo
El Cuatro Rayas Valladolid está mostrando dos diferentes sabores en la presente temporada. Unas veladas las ameniza con un gran reserva, otras, sin embargo, pone sobre el mantel un vino de brick de uva picada. Hoy sirvió una cata de cada uno de ellos. La primera mitad era el turno del caldo peleón, de ese que deja dolor de cabeza y un mal sabor de boca. La segunda, el segundo tenía cuerpo, buen color... pero un sabor amargo.
El duelo del vino, con dos sumillers de lujo en los banquillos, comenzó con el Naturhouse con el modo avalancha activado. Una pesadilla para los hombres de Pastor que se le atragantó un Rioja bien plantado sobre Huerta del Rey, con un pulpo reencarnado en Gurutz Aguinagalde, sus seis paradas y su gol avalan su gran actuación, y con Tiomentsev y Curuvija en estado de gracia. En el cuadro local todo su juego se encontraba en la cruz de la moneda: Impreciso, aturullado y falto de imaginación. Jota comenzaba lanzando un órdago a su mentor y durante la primera parte lo ganó.
Con el parcial y el crono en su contra, Pastor buscó a uno de sus hombres de confianza, Víctor Alonso, para darle las llaves del partido, otorgándole el lateral derecho, en detrimento de Eilert. El entrenador no tiene demasiada fe depositada en el danés, y los pocos minutos que ha disputado lo corroboran. A la vuelta de la operación de su mano derecha, el tiempo fue como si no hubiera pasado, el extremo dio movilidad y velocidad a un equipo al que los pies se le quedaban pegados sobre la madera de Huerta del Rey.
Con un equipo desbordado, en el ecuador de la primera parte, Pastor pidió un tiempo muerto para recomponer las filas pucelanas, descompuestas tras el avasallador inicio de los riojanos. Lamariano sustituyó a Sierra, pero el eibarrés, pese a sus meritorias intervenciones, no fue la sombra de Sierra, de cuerpo presente, pero de mente ausente en los primeros compases del encuentro. Sólo los cinco penaltis anotados por Joli, una vez más el mejor de los locales con 11 tantos anotados (9 de ellos de penalti), dejaba abierta la puerta a la esperanza, pese a la renta de seis goles de ventaja de la que los hombres de Jota González disfrutaban cuando se llegó al final de la primera mitad.
Tras el descanso la cara cambió y el tiempo mejoró un vino picado durante la primera media hora. Con Sierra de nuevo bajo palos el orden volvió al parqué y los nervios y las imprecisiones del primer periodo se quedaron en el vestuario. Un cambio oportuno y necesario que permitió a los hombres de Pastor recuperar la capacidad de reacción y volver a meterse en un partido que se les había puesto muy cuesta arriba. Sierra volvió por sus fueros y la defensa contraataque que quería Pastor comenzó a funcionar, tarde, pero mejor que nunca, con Ávila mostrando una vez más cómo funciona el espíritu del guerrero.
Poco a poco, el Cuatro Rayas reptó en silencio por el luminoso hasta acercarse lo máximo en el marcador, que lucía un sorprendente empate a 27 cuando el partido entraba en sus últimos cinco minutos. Huerta del Rey entró en el tiempo de la valeriana y el partido en un espectáculo no apto para cardiacos. La muñeca no podía fallar en ese momento porque todas las apuestas estaban sobre el tapete. Con el motor en marcha, nadie podía parar al rodillo amarillo, o eso parecía. Un estratégico tiempo muerto pedido por Pastor terminó de sacar, aparentemente, del partido a un Naturhouse que comprobó, después de dominar en el marcador durante la mayor parte del encuentro, cómo los amarillos se colocaban dos goles por encima suyo a un minuto del final. Fue entonces cuando dos fallos de Víctor Alonso permitió a los riojanos pescar un punto en un río revuelto. Un empate con polémica, ya que en la jugada en la que el Naturhouse estableció las tablas en el marcador, venía precedida de una discutida decisión de la pareja arbitral, que decretaron una dudosa falta en ataque que terminó con el esférico dentro de las redes defendidas por Sierra, para desolación de los locales y para alegría de los chicos de Jota, que celebraron el punto como si de un billete de lotería premiado se tratara.
FICHA TÉCNICA
30 - Cuatro Rayas Valladolid (13+17): Sierra, Asier Antonio (-), Ávila (5), Tokic (-), Joli (11,9p), Cutura (4), Nikcevic (3,1p)-Siete inicial-. También jugaron: Lamariano (p.s.), Eilert (-), Ángel Romero (5), Víctor Alonso (2) y Alexis Rodríguez (-).
30 - Naturhouse La Rioja (19+11): Aguinagalde (1), Velasco (2), Tioutmentsev (8), Dujshebaev (2), Garabaya (2), Curuvija (5,2p), Pedro Rodríguez (-)- Siete incial- También jugaron: Jorge Martínez (p.s), Hugo López (-), García Vega (2), Prce (7,1p), Juárez (1) y Silva (-).
Parciales: 2-2, 4-6, 5-9, 7-13, 11-17, 13-19 (descanso); 16-20, 19-22, 22-24, 25-25, 27-27, 30-30.
Árbitros: Ruiz González y Zapico Fernández (federación Asturiana). Excluyeron dos minutos a Ángel Romero (min.9), Asier Antonio (min.17, doble exclusión), Ávila (min.32 y 59), Joli (min.37 y 46) y Cutura (min.38), del Cuatro Rayas, y a Silva (min.13), Garabaya (min.20), Curuvija (min.35 y 41) y Juárez (min.46) del Naturhouse.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la décima jornada de Liga Asobal, disputado en el polideportivo Huerta del Rey ante unos 2.000 espectadores.