Los jugadores mantean a Juan Carlos Pastor: FOTO: Mariano González
Los jugadores mantean a Juan Carlos Pastor: FOTO: Mariano González
Los jugadores mantean a Juan Carlos Pastor: FOTO: Mariano González
Krivokapic se abraza a Lacasa.
Porras y Peciña celebran la salvación.
Krivokapic se deshace de la defensa atlética.
 |  Liga Asobal

30-25: Salvación vestida de frac

25 de Mayo de 2013
Escrito por
Guillermo Sanz
No podía ser de otra manera. No hubiera sido ni justo ni propio del mejor escriba de la historia del Balonmano Valladolid poner un manchurrón de tinta al pergamino que lleva rellenando con líneas de oro al final del mismo. Un despiste y la tinta podía emborronar su brillante legado, pero Juan Carlos Pastor tenía el tintero bien sellado en la mesa, para evitar sorpresas desagradables. 


Las opciones de certificar la permanencia por sus propios medios pasaban por vestir sus mejores galas ante el Atlético de Madrid. Dujshebaev tiene un fondo de armario en el que uno se puede perder, pero nadie tiene la percha de Pastor para vestir el frac. Un estilo peculiar, elegante y en su despedida vistió el traje como sólo Frank Sinatra sabía hacerlo. A mi manera, My way, que cantaba La voz. Ni las mejores filigranas vocales  del cantante estadounidense sonarán nunca también para el técnico como la ovación que le dedicó Huerta del Rey el día de su despedida. 


Tras el sonido de los aplausos comenzaron a hacer eco los tambores de guerra. Nadie se olvidaba de que enfrente estaba el subcampeón de Liga. Un hueso duro de roer para los postres de una Liga que empezó sirviendo una sopa amarga y terminó poniendo sobre el mantel el más dulce de los pasteles. 


Los nervios se vistieron también de amarillo y el 1-3 vestía de rojiblanco el marcador. Sólo fue el espejismo de un equipo que por momentos parecía tener la cabeza en las inminentes vacaciones. La intensidad defensiva de los madrileños señaló a Jonas Kallman, que a los siete minutos de partido ya había sumado dos exclusiones. El sueco allanó el camino de un Cuatro Rayas bien plantado que poco a poco fue minando la moral atlética. Pastor miró dentro del bolso de Mary Poppins y encontró a sus veteranos, mecha que encendió la reacción amarilla. 


García Vega ponía la ventaja en el bolsillo vallisoletano (9-7), acompañado por un Krivokapic que decidió dejar las últimas fuerzas que le quedan en el cuerpo como legado sobre el parqué. El balcánico derrochó juego y se convirtió en una de las piezas clave de la histórica cita. 


Dujshebaev tuvo que volver a rebuscar en su armario para ponerse algo apto para la cita. Una labor muy fácil cuando dentro sólo hay traje de etiqueta y algún que otro mono de trabajo. La efectividad rojiblanca la vestían hombres como Álvaro Ferrer, Jurkiewicz y Lazarov, que cada vez que sacaban un disparo de la chistera caía un gol del lado visitante (10-10). 


La reacción no tardó en llegar y el eterno Ávila cerró un parcial de 3-0 que fue correspondido por una ración de orgullo servida por el Atlético, cerrando la verja del primer periodo con un 15-14 que dejaba todo abierto para una segunda parte que se jugaba en otros muchos campos. 


El Cuatro Rayas comenzó la segunda parte en inferioridad por la exclusión al filo del descanso de Víctor Megías. Talant Dujshebaev sacó los tanques a la pista, en concreto uno. Un panzer de nombre Julen Aguinagalde. El irundarra comenzó a soltar latigazos sobre la portería de Yeray Lamariano, y, en poco tiempo, el Atlético parecía comerse las esperanzas amarillas (15-17). 


Todo es más fácil con Balic, ese genio invisible que mueve la maquinaria rojiblanca. Los mejores momentos madrileños coincidieron con sus instantes de lucidez. Con él y Aguinagalde en estado de gracia la imagen del Atlético fue mucho mejor. La réplica no se podía buscar desde la distancia. El cañón de Eilert se quedó sin pólvora justo en el último envite liguero. 


Volvió entonces el Atlético más fallón. El que lanzaba balones fuera o a la madera. Oxígeno por vena para un Cuatro Rayas en el que las canas comenzaban a dar destellos. Fernando Hernández, incombustible, se repuso de un golpe en la cabeza para devolver la pelota al tejado de la casa amarilla (19-18). García Vega aportaba pausa al juego y Krivokapic materia gris. Berciano y balcánico sellaron un pacto de caballeros al que poco a poco se fueron uniendo los más jóvenes. 


A Bozovic no le temblaba el pulso ante una leyenda como José Javier Hombrados, por el que parece no pasar el tiempo (22-21). Porras y Víctor Alonso se unieron a la fiesta para poner la guinda a un parcial de 5-0 (26-21 en el luminoso) que dejaba a los pupilos de Juan Carlos Pastor tocando la salvación con la yema de los dedos. 


Supo estar el Cuatro Rayas a la altura del Atlético de Madrid en el intercambio final de golpes. Con cuatro goles en la cesta amarilla y otros cuatro en la roja y blanca terminó un partido (30-25) que ya forma, por doble motivo, parte de la historia del Balonmano Valladolid. Por un lado, el club vallisoletano recupera, 22 años después, la alegría de liberar tensión tras estar haciendo equilibrios en la cuerda floja; por otro, porque fue en este partido en el que Juan Carlos Pastor dijo adiós a la que es su casa, sin ser consciente de que, ya sea en Hungría o en San Pernambuco, su nombre ya está grabado dentro del escudo del Balonmano Valladolid.        
 


FICHA TÉCNICA

30.- CUATRO RAYAS VALLADOLID (15+15): Lamariano (p.), García Vega (4), Porras (3), Krivokapic (5), Eilert (1), Víctor Alonso (6, 2p.) y Megías (1) -Siete inicial- También jugaron: Héctor Tomás (p.s.), Peciña (1), Fernando Hernández (5, 2p.), Ávila (2), Bozovic (1, 1p.), César Pérez (-), Lacasa (-) y Félix García (-). 


25.- ATLÉTICO DE MADRID (14+11): Hombrados (p.), Sánchez Migallón (1), Kallman (-), García Parrondo (1), Jurkiewicz (4), Gojun (-) y Balic (1) -Siete inicial- También jugaron: Antonio Díaz (p.s.), Ángel Romero (1), Lazarov (5), Cañellas (2, Davies (-), Ferrer (4), Aguinagalde (5) y Edu Fernández (1).


Parciales cada cinco minutos: 1-3, 5-5, 6-7, 9-8, 13-10, 15-14 -Descanso- 16-17, 18-18, 21-21, 24-21, 27-23 y 30-25 -Final- 


Árbitros: Hermoso del Amo y Monjo Ortega (Federación Madrileña). Excluyeron dos minutos a Víctor Megías (Min. 29), Víctor Alonso (MIn. 34) por parte del Cuatro Rayas Valladolid y a Kallman (Mn.5, min. 7), Sánchez Migallón (Min. 18), Aguinagalde (Min.22), Jurkiewicz (Min 44), Balic (MIn.45) por parte del Atlético de Madrid. 


Incidencias: Partido perteneciente a la trigésima jornada de la Liga Asobal, celebrado en el Pabellón Huerta del Rey de Valladolid ante, aproximadamente, 3.000 espectadores. En los prolegómenos del partido se hizo entrega de una placa en homenaje al Aula Cultural, equipo recientemente a la División de Honor. Tras el encuentro, se realizó un homenaje a Juan Carlos Pastor, que se despide del Balonmano Valladolid. Además, en los minutos previos al encuentro, se guardó un minuto de silencio en memoria de Avelino Pascual Polo, socio del club recientemente fallecido.