Los jugadores saltaron con ganas al parqué de la Catedral. FOTO: @BM_Valladolid
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Los jugadores saltaron con ganas al parqué de la Catedral. FOTO: @BM_Valladolid
 |  Liga Asobal

29-29: El Cuatro Rayas aprende a sumar

14 de Octubre de 2012
Escrito por
Guillermo Sanz

Habría que estudiar a fondo la teoría del vaso medio lleno o medio vacío para analizar el punto cosechado por el Cuatro Rayas Valladolid en el Pabellón Anaitasuna. Las papilas gustativas del equipo se debaten entre el dulce, el amargo y el agridulce, porque los pupilos de Pastor han saboreado la victoria y la derrota por partes iguales. Una dicotomía que terminó con el consuelo del empate y con el primer punto de la campaña en el zurrón amarillo.

El partido empezó con las luces apagadas para el Cuatro Rayas, circunstancia que aprovecharon los navarros para empezar golpeando primero y a ciegas a su rival. Los cinco minutos iniciales se vistieron de blanco (3-1), pero ese fue el tiempo que tardaron los vallisoletanos en encontrar el interruptor de la luz e imponer la claridad en su juego.

Poco a poco, el Cuatro Rayas se puso a la altura del Helvetia y en otro ciclo de 300 segundos la igualdad se colaba en el Pabellón Anaitasuna (5-5). Los navarros habían desperdiciado su escuálida renta y firmaron un nuevo comienzo de partido, con los pupilos de Pastor más metidos en la contienda y con más hambre de victoria.

El mariscal Krivokapic tiró de galones para poner por primera vez a su equipo por delante en el marcador, Ávila continuaba con la revolución de los veteranos y Eilert afinó su guitarra para marcar los acordes de la remontada (6-9) y entonar una serenata que Etxaburu no estaba dispuesto a escuchar. El técnico local pidió una tregua, un tiempo muerto para intentar poner un dique en el torrente amarillo. No surgió efecto inmediato.

El Cuatro Rayas continuaba gustándose y, poco después, Milos Bozovic firmó la máxima renta amarilla (7-13). Cambio de cromos en la portería del Helvetia. Schulz, primero, y Capón, después, fueron dos aliados más para el ataque pucelano, con unos porcentajes de 0/13 en paradas para el argentino y de 0/3 para el español en el primer periodo.

Pese a que la portería estaba desengrasada, el ataque pamplonica empezó a carburar. Los pesos pesados del Anaitasuna hacían acto de presencia para reducir la distancia del Cuatro Rayas a la mínima expresión, aprovechándose de las tres exclusiones que el conjunto vallisoletano sumó en los últimos nueve minutos del periodo (Eilert, Peciña y Krivokapic).

En poco más de diez minutos, las esperanzas amarillas de vivir un partido tranquilo se esfumaron. La guerrilla navarra hizo gala de su pundonor y endosó un parcial de 8-3 que volvía a quitar las puertas al rumbo del partido. Nadoveza fue el tramoyista que bajó el telón del primer acto con un inesperado 15-16.

El Cuatro Rayas, que comenzó el segundo tiempo en inferioridad numérica por la exclusión de Krivokapic, empezó golpeando primero. Víctor Alonso se puso los guantes de George Foreman y empezó a castigar la portería de Capón (8 goles), que en la reanudación se mostró más acertado que su compañero en la primera mitad del partido.

La ventaja vallisoletana se volvió a esfumar en el ambiente cuando Meoki aprovechó un contraataque para batir a Héctor Tomás (20-20). Cuatro jugadas después, el partido se había teñido de gris oscuro para el Cuatro Rayas: tres goles abajo en el marcador y uno de los acorazados, Krivokapic, tocado y hundido con la descalificación del balcánico.

Sin embargo, el equipo de Pastor supo responder remontando de nuevo. Sin nervios en el pulso, cada vez que la igualdad escalaba al marcador, el ataque amarillo respondía, acto seguido, para recuperar el poder, con Héctor Tomás ayudando desde debajo de los palos.

Que el Anaitasuna también quisiera decir la última palabra del partido, convirtió la recta final del encuentro en un campo minado. Cualquier movimiento en falso podía hacer volar a un equipo por los aires. En un partido así no se podía escribir un final con menos suspense del que se vivió en la Catedral navarra.

Tras un intercambio de golpes, con Porras y Reig batiéndose en duelo, se vivió una recta final de infarto. Goñi colocó por enésima vez las tablas en el luminoso (29-29), desactivando el esperanzador gol de Fernando Hernández. Así se llegó al minuto no apto para cardiacos. Víctor Alonso puso el punto negro a su buen partido con una descalificación directa que dejó el destino del partido en manos de Nadoveza. El serbio se vio con la responsabilidad de lanzar un penalti con el tiempo cumplido. La sentencia de muerte del Cuatro Rayas la firmaba su puño, pero el jugador lanzó el balón fuera de los dominios de Héctor Tomás y repartió los puntos entre vallisoletanos y navarros, que borran el cero de su casillero en la presente temporada, y que, de la mano, comparten el farolillo rojo de la Asobal, tras la primera victoria del Palma del Río. 

FICHA TÉCNICA

29.- HELVETIA ANAITASUNA: Schulz (p.), Reig (6), Montávez (4), Borragán (1), Novelle (3), Chocarro (2) y Gastón () –Siete inicial- También jugaron: Capón (p.s.), Latorre (-), Carvajal (3), Cristian Martínez (1) y Meoki (1), Marcelo Fuentes (3), Goñi (1) y Nadoveza (4).

29.- CUATRO RAYAS VALLADOLID: Héctor Tomás (p.), Peciña (-), Eilert (3), Krivokapic (), Megías (4), Ávila (1) y Víctor Alonso (8) –Siete inicial- También jugaron: Gonzalo Porras (6), Bozovic (2) y Fernando Hernández (2).

Parciales cada cinco minutos: 3-1, 5-5, 6-8, 7-13, 10-14, 15-16 –Descanso- 19-19, 23-12, 23-22, 24-25, 26-27 y 29-29 –Final-

Árbitraje: Gude Prego- Gude Prego (Federación vasca). Excluyeron dos minutos a Latorre (min. 5 y 10), Nadoveza (Min. 23), Cristian Martínez (Min.48) y expulsó a Borragán (Min. 41) por parte del Helvetia Anaitasuna y a Eilert (Min. 21), Peciña (Min. 26 y 49), Krivokapic (Min. 29, 33 y 39) y a VíctorAlonso por descalificación directa (Min.59), del lado del Cuatro Rayas.

Incidencias: Partido perteneciente a la sexta jornada de la Liga Asobal, celebrado en el Pabellón Anaitasuna de Navarra.