27-28: Viran Morros deja a Huerta del Rey en estado de shock
Dice una frase que de la gloria al fracaso hay un paso, luego está el fuego. Contra el Barcelona, la gloria la trabajaron todos los jugadores del Cuatro Rayas, el fracaso, si es que la derrota contra los catalanes se puede etiquetar así, también, pero el que encendió el fósforo que convirtió en cenizas las esperanzas de la afición amarilla fue Cutura. El serbio jugó con material inflamable y se acabó quemando, extendiendo las llamas a todos los ojos que le observaban con la mirada ausente, después de haber recibido un jarra de agua helada por sus espaldas.
Puntuar contra el Barcelona estaba dentro de una mano cerrada. Sólo había que esperar a que el crono marcara el final del partido. Incluso las circunstancias eran propicias para permitirse un lujo poner todas las fichas en la casilla de la victoria. Cutura perdió el balón ante Morros, que no es el más rápido de la clase, pero sí que fue el más listo. Tanto que dio una lección a los vallisoletanos. Una lección que versa sobre la crueldad del deporte. Una clase que el central amarillo no olvidará.
No es cuestión de apuntar con el dedo acusador a nadie. El balcánico es humano, y como tal se equivoca. Simplemente en esta ocasión le tocó interpretar el papel del antihéroe en la cruel tragicomedia que se interpretó en Huerta del Rey.
El partido comenzó como una oda a la exquisitez defensiva, con los dos equipos concentrados en crear una muralla hermética alrededor de sus guardametas. Tras varios minutos de raquetazos contra el frontón, Krivokapic encontró una fisura en la defensa blaugrana. La tregua se rompió y el fuego comenzó a ser cruzado. La batalla táctica entre Pastor y Pascual había comenzado.
La intensidad del partido dejó a un Nikcevic pasado de revoluciones protagonizando un rifirrafe con Víctor Tomás y a un Barcelona incapaz de demostrar su valía, enfundándose el mono de trabajo y dispuesto a mancharse las manos para amasar la victoria. ¿Y Sierra? Tan inmenso como siempre. Su recital de paradas fue el cemento que permitió construir los sueños de la victoria cuando a dos minutos del final del primer acto, el Cuatro Rayas estaba tres arriba en el marcador. Un balón perdido por Cutura posibilitó al Barcelona reducir la distancia hasta los dos goles (10-8).
El equipo blaugrana cambió de careta en el segundo periodo. La pieza que le faltaba para convertirse en una maquina de guerra se llamaba Raúl Entrerríos. El central pisó el parqué y el partido se revolucionó. Los barceloneses volvieron a coger las riendas que les corresponden por calidad. En diez minutos, el Barcelona ya había metido más goles que en toda la primera mitad y se había puesto dos tantos por delante en el marcador. Sin embargo, los hombres de Pastor tenían preparada una sorpresa para todos aquellos agoreros que predecían que en el momento que los catalanes se escaparan en el marcador la goleada sería inevitable.
Tras una segunda parte de dominio azulgrana en el marcador, el Cuatro Rayas endosó un parcial de 4-1 que levantó a la poblada grada del Huerta del Rey. Empate a 27 en el luminoso y un premio para los que nunca pierden la fe. Balón para Ugalde y milagro de Sierra, que apareció tras un segundo acto soso del guardameta. El onubense se sacó de la manga la parada del partido y concedió a su equipo la última posesión del partido. Fue entonce cuando llegó el último fatídico acto. Cutura tropezó con la misma piedra que en la primera parte y permitió que Viran Morros le robara la cartera, primero, para fusilar sobre la bocina a Sierra, después. Los jugadores, conscientes de que encontraron agua en el desierto, celebraron la victoria como si de una final se tratara, ante los ojos de una afición que tuvo que frotarse los ojos dos veces para creerse lo que aparecía en el marcador (27-28)
FICHA TÉCNICA
27.- Cuatro Rayas Valladolid (10+17): Sierra (p.), Krivokapic (2), Romero (6), Gurbindo (5), Joli (1), Cutura (3) y Nikcevic (6) -Siete inicial- También jugaron: Asier (-), Ávila (1), Víctor Alonso (2), Alexis (-), Eilert (1) y Tokic (-).
28.- F.C. Barcelona Intersport (8+20): Saric (p.), Noddesbo (2), Víctor Tomás (4), Ugalde (4), Nagy (7), Jermenyr (-) y Morros (1) -Siete inicial- También jugaron: Entrerrios (4), Cedric (1), Sarmiento (3), Aguirrezabalaga (2), Rutenka (7) y Igropoulo (-).
Parcial cada cinco minutos: 2-1: 3-3; 4-5; 5-6; 6-6: 10-8 Descanso- 14-13; 17-17; 19,21; 21-23, 23-25 y 27-28.
Árbitros: Álvarez Mata y Bustamante López. Amonestaron a Romero, Ávila y Pastor por parte del Cuatro Rayas y a Noddesbo, Víctor Tomás y Morros, por parte del F.C. Barcelona. Excluyeron a Nikcevic (17), Víctor Alonso (33) por parte de los locales y a Igropoulo (21) y Viran Morros (39 y 50) por parte de los visitantes.
Incidencias: Partido perteneciente a la vigésimosegunda jornada de la Liga Asobal, celebrada en el Polideportivo Huerta del Rey ante aproximadamente 3.200 aficionados.