26-30: El Cuatro Rayas luce su magia en la Ciudad Encantada

El que ha paseado por los caminos de la ciudad encantada sabe que allí se respira algo místico. De un momento a otro parece que un trasgo saltará de detrás de una piedra para darte los buenos días o que una pequeña hada se posará en tu hombro para decirte que es la hora de despertar. No se sabe bien si fue un gnomo o un duende, pero lo que es cierto es que alguna criatura se ha encargado de dar al Cuatro Rayas un trago a la pócima de la victoria. 

El Sargal se ha convertido en un campo talismán para el equipo de Juan Carlos Pastor, y el conjunto vallisoletano aprovechó su visita a tierras conquenses para cosechar su cuarta victoria de la temporada. Lo hizo ante un irreconocible Globalcaja Ciudad Encantada, que se desangra cada vez que entra por la puerta de su casa. 

El equipo de Zupo Equisoain aguantó diez minutos el endiablado ritmo marcado por el Cuatro Rayas. El conjunto vallisoletano dejó que el Ciudad Encantada fuera el primero en pisar la pista de baile (4-2), pero cuando suena tu canción, es difícil que nadie te quite el protagonismo. Eilert reducía la diferencia con uno de sus cañonazos desde nueve metros y Héctor Tomás se colaba en la cabina del pincha para meter en el CD su música favorita. Superlativa la actuación del guardameta, que con tres intervenciones seguidas puso un cortafuegos al calor conquense y abrió un camino para la igualada (4-4). 

César Pérez se reivindicó como central y puso por segunda vez en el partido en ventaja al Cuatro Rayas (4-5). Ese tanto pintó con el rodillo El Sargal de amarillo. El cuadro de Pastor fue en ascenso y el de Zupo en descenso, sólo se encontraron en el camino para saludarse. Las exclusiones de David Mendoza y Federico Gastón ayudaron a los vallisoletanos a poner tierra de por medio con un parcial que llevó al luminoso hasta el 4-8, con Marko Krivokapic como abanderado amarillo. El balcánico fue el travieso duende encargado de quitar el sueño a De Hita, que con una estadística de 2 de 18 en paradas vivió una pesadilla. Mientras, en la otra portería, Héctor Tomás vivía un sueño, frenando los envites manchegos y haciendo fuerte desde la retaguardia a un equipo que vio cómo el marcador se lanzaba hasta el 6-11. 

Con el orgullo dolido, el Ciudad Encantada buscó la remontada. Las exclusiones empezaron a aparecer en el bando amarillo y Peciña, primero, y Víctor Alonso después, dejaron a su equipo en inferioridad. Una baza que pretendía aprovechar los pupilos de Zupo para pagar la deuda pendiente que tienen que el coliseo conquense. Grano a grano casi llenan el granero (11-12), pero la moneda de las exclusiones volvió a salir cruz para los locales. Moya y Corzo siguieron los pasos de Peciña y Alonso y cedieron al Cuatro Rayas cuatro minutos de los cinco finales con un jugador más sobre la pista. 

Con el 13-15, Víctor Alonso tuvo la oportunidad de hacer un poco más profunda la herida manchega, pero se chocó con su gafe desde los siete metros y con Diego Moyano, que sí fue capaz de poner el freno de mano a un Cuatro Rayas lanzado. Inestrosa volvió anotar para pisar los talones vallisoletanos y César Pérez volvió a aparecer para poner una renta de dos goles en el casillero amarillo (14-16). La primera mitad había llegado a su fin con el equipo poniendo en el frutero su manzana más madura. 

En el segundo acto los dos conjuntos corrieron a la par. Unos, contra el reloj; los otros con la vista puesta atrás, preocupándose de que su rival no les ganara metros. Los hombres de Zupo tardaron casi media parte en alcanzar al Cuatro Rayas. Corzo puso el 19-19, pero volvieron a sonar los equipos Hi-Fi (Alta Fidelidad) de Juan Carlos Pastor: Fernando Hernández y Marko Krivokapic. Entre los dos tardaron menos de dos minutos en devolverle a la escuadra vallisoletana su renta y espantar los fantasmas de la remontada (19-21).

Los mismos protagonistas fueron los que se encargaron de montar los puntos en el autobús del Cuatro Rayas. Krivokapic marcó las diferencias para terminar de borrar de la pista a un desfigurado Globalcaja Ciudad Encantada. Ponga un Marko en su vida. Su festival goleador valió un parcial de 0-5 que incluía la remontada en el equipo de los milagros (20-26). 

Ya con el río corriendo por el cauce deseado, otro de los destacados en el cuadro de Pastor, Gonzalo Porras, puso la guinda a una gran actuación. El equipo encontró en el pivote el punto de apoyo para mover el mundo y dos goles suyos prepararon el manto de flores para salir victoriosos de El Sargal (26-30). 

El cuarto triunfo ya luce en el casillero del Cuatro Rayas, que tiene los puestos seguros a tiro de piedra, y más cuando la próxima semana visita Huerta del Rey el Quabit Guadalajara, uno de los equipos llamados a pelear en las puertas del descenso. Sólo habrá que esperar a ver si el equipo se trae la magia como recuerdo de su visita a la Ciudad Encantada. 

26.- Globalcaja Ciudad Encantada (14+12): De Hita (p.), Corzo (4, 1p), Pablo Simonet (8, 1p), Mendoza (-), Ángel Pérez (5, 2p), Sifré (-), Álvaro Ortiz (2) -Siete Inicial- También jugaron: Moyano (p.s.), Fede Fernández (2), Garza (2), Juanjo Fernández (3) y Nacho Moya (-).

30. Cuatro Rayas Valladolid (16+14): Héctor Tomás, Peciña (3), Eilert (3), Fernando Hernández (3, 2p), Víctor Megías (-), Ávila (1), Krivokapic (8) -Siete inicial- También jugaron: Gonzalo Porras (6), Félix García (-), César Pérez (4) y Víctor Alonso (2).

Marcador cada cinco minutos: 3-2, 4-5, 4-8, 6-11, 11-12, 14-16 (descanso); 16-17, 18-19, 20-21, 20-23, 21-26 y 26-30.

Árbitros: Ballano Dueñas y Belloso Pérez. Excluyeron a Mendoza (Min.9), Gastón (Min.13), Corzo (Min. 29 y 48), Nacho Moya (Min.25) y al entrenador Zupo Equisoain (Min.21), del lado del Globalcaja, y a Krivokapic (Min.5), Ávila (Min. 16), Peciña (Min.19) y Víctor Alonso (Min. 23 y 54), por parte del Cuatro Rayas Valladolid.

Incidencias: Partido perteneciente a la decimoctava jornada de la Liga Asobal disputado en el Pabellón El Sargal ante unos 1.100 espectadores.