Angel Romero intenta lanzar rodeado de rivales. FOTOS V. Salgado / Asobal
| Copa del Rey: Cuatro Rayas-FC Barcelona
26-28: Cae con honor
10 de Marzo de 2012
Pastor planteó su típica zaga en seis cero con el fin de empequeñecer el talentoso ataque blaugrana. Una defensa a la que le costó encontrar su sitio en los primeros compases del choque, pero que fue solidificándose una vez superados los nervios iniciales. Una pétrea intensidad aliñada con un Sierra espectacular y un poderoso contragolpe bastaron para salir vencedor en el primer intercambio de golpes.
Bajo estas premisas ya servidas por Pastor en la previa, el Cuatro Rayas BM Valladolid sostuvo una ventaja de dos puntos a los quince minutos de juego (8-6). Los extremos vallisoletanos estaban entonados y la elaboración era más que cuidada bajo la batuta de Davor Cutura. El FC Barcelona había asimilado la necesidad de replegarse con viveza.
La continuidad y el dinamismo eran las notas predominantes de un choque en el que ambos equipos iban ganando en efectividad y en el que la ventaja conseguida por la escuadra vallisoletana no variaba hasta que faltaron siete minutos para el final del primer período y el Barcelona se quedaba en inferioridad numérica (13-10).
Medraba la desesperación en el bloque catalán, que acusaba una dañina precipitación en las facetas ofensivas y se encomendaba al tino de francotirador de Rutenka, lo que obligó a Xavi Pascual a pedir tiempo muerto para tratar de poner un torniquete a la brecha que estaba abriendo el Cuatro Rayas BM Valladolid (14-10, a falta de cuatro minutos para la conclusión del primer tiempo).
Algo mejoraron, pero no lo suficiente como para igualar la contienda, la cual, al descanso, estableció un tanteo de 16-13 favorable al equipo de Pastor. Guarismos y sensaciones que evocaban descaro y soltura. Precisión y aplicación vehemente ante un FC Barcelona Intersport que no encontraba soluciones en la portería.
Un primer tiempo que rozó el notable alto. Un juego basado en la complicidad colectiva que en los primeros instantes del segundo período se vio minada merced al peldaño que subió el FC Barcelona en cuanto a intensidad defensiva.
Aguantó el tipo, pues se quedó con uno menos debido a la exclusión de Gurbindo, gracias a un tabique de hormigón llamado Sierra. No obstante, otra exclusión y la defensa avanzada con Dani Sarmiento sobre Cutura secó el ritmo anotador del Cuatro Rayas BM Valladolid, auspiciando que el bloque catalán barruntase la igualada (20-19) antes de que Pastor pidiese un tiempo muerto.
Las correcciones del técnico vallisoletano surtieron su efecto, logrando así un parcial de 2-0 antes de que Sierra blocase con maestría su tercer lanzamiento desde la línea de siete metros de la tarde. Renta que se fulminó con la exclusión de Joli y que derivó en las tablas a las que se llegó a diez minutos del final. Igualada a la que siguió el contragolpe catalán para poner el 23-24 en el marcador.
Gurbindo, tras rehacerse de un descomunal golpe, dio la réplica tras otro tiempo muerto de Pastor, y repitió tras una exclusión más, en esta ocasión para Krivokapic, a falta de cinco minutos para la conclusión del partido y con 25-25 en el electrónico.
El Cuatro Rayas BM Valladolid libró la inferioridad numérica sin grandes perjuicios. No perdió la cara al encuentro, pese a que el cansancio castraba su ataque. Se encontró con la exclusión de Nagy, pero no la aprovechó.
Rutenka no falló un lanzamiento desde los siete metros posterior y Saric paró la última ocasión vallisoletana para igualar la contienda en los últimos suspiros de un duelo que murió con el 26-28 y en el que el fuelle limitado privó de la final a la combatividad del Cuatro Rayas BM Valladolid, desolado por no obtener el merecido premio al esfuerzo titánico que volcó sobre el parqué de Torrevieja.
Bajo estas premisas ya servidas por Pastor en la previa, el Cuatro Rayas BM Valladolid sostuvo una ventaja de dos puntos a los quince minutos de juego (8-6). Los extremos vallisoletanos estaban entonados y la elaboración era más que cuidada bajo la batuta de Davor Cutura. El FC Barcelona había asimilado la necesidad de replegarse con viveza.
La continuidad y el dinamismo eran las notas predominantes de un choque en el que ambos equipos iban ganando en efectividad y en el que la ventaja conseguida por la escuadra vallisoletana no variaba hasta que faltaron siete minutos para el final del primer período y el Barcelona se quedaba en inferioridad numérica (13-10).
Medraba la desesperación en el bloque catalán, que acusaba una dañina precipitación en las facetas ofensivas y se encomendaba al tino de francotirador de Rutenka, lo que obligó a Xavi Pascual a pedir tiempo muerto para tratar de poner un torniquete a la brecha que estaba abriendo el Cuatro Rayas BM Valladolid (14-10, a falta de cuatro minutos para la conclusión del primer tiempo).
Algo mejoraron, pero no lo suficiente como para igualar la contienda, la cual, al descanso, estableció un tanteo de 16-13 favorable al equipo de Pastor. Guarismos y sensaciones que evocaban descaro y soltura. Precisión y aplicación vehemente ante un FC Barcelona Intersport que no encontraba soluciones en la portería.
Un primer tiempo que rozó el notable alto. Un juego basado en la complicidad colectiva que en los primeros instantes del segundo período se vio minada merced al peldaño que subió el FC Barcelona en cuanto a intensidad defensiva.
Aguantó el tipo, pues se quedó con uno menos debido a la exclusión de Gurbindo, gracias a un tabique de hormigón llamado Sierra. No obstante, otra exclusión y la defensa avanzada con Dani Sarmiento sobre Cutura secó el ritmo anotador del Cuatro Rayas BM Valladolid, auspiciando que el bloque catalán barruntase la igualada (20-19) antes de que Pastor pidiese un tiempo muerto.
Las correcciones del técnico vallisoletano surtieron su efecto, logrando así un parcial de 2-0 antes de que Sierra blocase con maestría su tercer lanzamiento desde la línea de siete metros de la tarde. Renta que se fulminó con la exclusión de Joli y que derivó en las tablas a las que se llegó a diez minutos del final. Igualada a la que siguió el contragolpe catalán para poner el 23-24 en el marcador.
Gurbindo, tras rehacerse de un descomunal golpe, dio la réplica tras otro tiempo muerto de Pastor, y repitió tras una exclusión más, en esta ocasión para Krivokapic, a falta de cinco minutos para la conclusión del partido y con 25-25 en el electrónico.
El Cuatro Rayas BM Valladolid libró la inferioridad numérica sin grandes perjuicios. No perdió la cara al encuentro, pese a que el cansancio castraba su ataque. Se encontró con la exclusión de Nagy, pero no la aprovechó.
Rutenka no falló un lanzamiento desde los siete metros posterior y Saric paró la última ocasión vallisoletana para igualar la contienda en los últimos suspiros de un duelo que murió con el 26-28 y en el que el fuelle limitado privó de la final a la combatividad del Cuatro Rayas BM Valladolid, desolado por no obtener el merecido premio al esfuerzo titánico que volcó sobre el parqué de Torrevieja.