26-22: Lección de cómo saber sufrir

El partido ante Rincón Fertilidad Málaga tenía algo especial, puede ser por la vuelta en los banquillos de Miguel Ángel Peñas tras 360 días fuera de ellos o, tal vez, porque, casualidades de la vida, lo hacía ante el mismo equipo contra el que se sentó por última vez en dicho banquillo. Fuera por lo que fuese en Huerta del Rey se respiraba un ambiente diferente. Y eso lo acusaron las jugadoras del Aula Alimentos Valladolid durante el principio del partido -para ser honestos hasta falta de 7 minutos para el término del choque-, donde estuvieron imprecisas, tomando malas elecciones y erráticas.

Era uno de esos días para aprender lecciones. La primera que cuando tienes enfrente a un rival con una jugadora por la que pasa el 90% del ataque, debes tejer un entramado para que no te fusile constantemente. Algo que las de Peñas no aprendieron hasta ese rouge final ya que, con anterioridad, Paula García se hizo dueña y señora de los seis metros, donde las pucelanas parecían tener un agujero negro. La pivote sostuvo junto a la meta Alice Fernandez a las malagueñas en varias fases del encuentro.

La segunda es que cuando en un partido de balonmano no anotas en diez minutos hay que mantener la calma y ahí el profesor Peñas supo llevar a sus pupilas quienes, con la segunda unidad en la cancha, parecieron más desactivadas. Lo positivo para el Aula fue que, con el 13-14 con el que se llegó al descanso y los dos siguientes parciales donde las pucelanas no consiguieron ver puerta, las visitantes no lograron anotar más que dos tantos.

La tercera lección, una de las más importantes, fue que los árbitros juegan un papel importante pero no determinante. Algunas de las decisiones -en los ataques locales amenazaban pasivo con demasiada rapidez- no fueron muy bien acogidas por el público, quien veía cómo las suyas se podían ir del choque mentalmente ya que un par de exclusiones, faltas dudosas y un 'doble rasero' cuando el balón o las jugadoras entraban en zona caliente, no permitían a las locales escaparse en el marcador. Pero al final, si el juego es fluido, la defensa contundente sin ser agresiva y el ataque claro, el balonmano se impone a cualquier otra cosa.

Y la cuarta y última lección es que el que mejor sabe sufrir es el que al final se lleva el gato al agua. En este caso el Aula llegó con más oxígeno a los minutos decisivos, apretó en defensa lo que antes no había sabido o podido y realizó a la perfección una de las bases de su juego; la transición ataque-defensa -todo esto acompañado por una grandísma labor bajo palos de Lulú con una veintena de paradas durante todo el choque y de Carmen Sanz con dos intervenciones de mérito en los siete metros-.

Al final dos nuevos puntos en el feudo pucelano que dejaron muy contentos a Miguel Ángel Peñas "a pesar de todo", puesto que definió el partido como un "grandísimo choque ante un grandísimo equipo". Un Peñas que ponía la clave en "la defensa y la paciencia" y señalaba que "la segunda unidad está para dar descanso a las jugadoras importantes para que, en los minutos finales resuelvan y ahí hemos estado físicamente mejor y es donde se ha decidido el choque".

FICHA TÉCNICA

26- Aula Alimentos de Valladolid: Lulú (20 paradas), Nekane (-), Eli Cesáreo (2), O’Mullony (11 -1p-), Ángela (7), Cifuentes (-) y Teresa (1) –siete inicial- También jugaron: Carmen (2 paradas), Mada (-), Valeska (-) Cecilia Cossío (-), Elena (3), González Niño (2) y Mónica (-).

22- Rincón Fertilidad Málaga: Alice (13 paradas), Nazaret (1), Emma Boada (4), Soledad (1), Gandulfo (5), Gabriela Pessoa (2) y Paula García (5). También jugaron: Marina (2), Maja Viljkovic (-), Adriana Do Nascimento (2)

Parciales cada 5 minutos: 2-1 / 6-5 / 7-6 / 11-10 / 13-11 / 13-14 (descanso) 15-18 / 18-18 / 19-19 / 22-20 / 26-22 (final)