La defensa del Cangas frena un ataque vallisoletano en un amistoso. FOTO: Mariano González
La defensa del Cangas frena un ataque vallisoletano en un amistoso. FOTO: Mariano González
La defensa del Cangas frena un ataque vallisoletano en un amistoso. FOTO: Mariano González
 |  Liga Asobal

25-24: Las matemáticas deberán esperar

18 de Mayo de 2013
Escrito por
Guillermo Sanz
Matemáticas y urgencias se veían las caras en O Gatañal. El feudo gallego ponía a prueba el salto de la salvación virtual a la matemática que quería consumar el Cuatro Rayas Valladolid. En el otro lado de la mesa se sentaba las urgencias que apremiaban al Cangas de Morrazo, que buscando también ese arca perdida de nombre salvación, se empeñó en desbarrancar a las ciencias exactas y terminó llevándose un partido que se jugó más desde el corazón que desde el talento. 


Casi no se había acercado al fuego y la olla a presión de O Gatañal ya empezaba a lanzar humo. Un vaho caliente que sorprendió a un Cuatro Rayas Valladolid que de salida se encontró con un parcial adverso de 2-0 que no lograría remontar en toda la primera parte. Una renta minúscula a la que los gallegos se aferraron como el que se aferra a su tesoro, desarbolando, gracias a un notable David García al equipo vallisoletano, incapaz de recortar esa renta con el paso de los minutos (8-6).  


Víctor Alonso, el mejor de los pupilos de Pastor, aprovechó los minutos de inferioridad de los gallegos para apretarles el nudo de la corbata (11-10). Pero un público volcado con su equipo y calentando el ambiente, incitó a la vuelta a la renta de dos goles, gracias al tanto de Dani Cerqueira. 
Continuó el intercambio de golpes hasta que el cronómetro llegó a los cuatro ceros. Segundo antes de que eso pasara, la pareja arbitral decretó un lanzamiento de siete metros que materializó Víctor Alonso, recortando distancias hasta el 13-12 con el que se llegó al descanso.


Tras la reanudación fue el Cangas el que golpeó primero, por mediación de David García, pero el Cuatro Rayas golpeó dos veces. El equipo de Pastor aprovechó la exclusión de Feldmann para igualar la contienda (14-14). La defensa 6-0 planteada por Pillo se le hizo infranqueable al Cuatro Rayas que vio cómo Levi, primero, y Suso Soliño, después, devolvían la ventaja al conjunto gallego (16-14). 


Lamariano y Víctor Alonso mantenían el equilibrio al Cuatro Rayas sobre el alambre. Labor de funambulista que encontró premio justo después de que un cañonazo de Serafín Pousada fusilara la portería del eibarrés (18-15). La reacción encontró el empate con un balón largo de Yeray buscando al asturiano (18-18). Contraataque de diez que consiguió la matricula gracias a la eterna pelea de Gonzalo Porras en el pivote (18-19). La primera ventaja pucelana aceleró la petición de tiempo muerto desde el banquillo que comanda Pillo.


Los cangueses aprovecharon la ausencia de Víctor Alonso del campo, tras ver cómo los colegiados le señalaban dos minutos tras una falta sobre Iván Amarelle para volver a poner la balanza a su favor. Duró poco, el equipo vallisoletano encontraba por los extremos, por mediación del propio asturiano y de Megías, los huecos que no encontraba por el centro (22-22). 


Llegaron los minutos en los que los nervios y las imprecisiones pedían un dorsal para saltar al campo. Gallegos y castellanos comenzaron a turnarse en una rueda de fallos que terminó con Pastor pidiendo un tiempo muerto que sirviera una tila de cara a la recta final del partido. 


Con David García con el fuelle bajo mínimos, el Cangas se apoyó en la espalda de Iván Amarelle. El gallego se cargó a su equipo y dirigió, junto a Levi, el ataque azul (25-23). Las intentonas del Cuatro Rayas encontraban freno en la gran actuación de Kevin García. Volvió a parar el tiempo Juan Carlos Pastor para intentar cortar la euforia que se vivía en O Gatañal. 


Víctor Alonso marcó su gol 12+1 (25-24) con un minuto aún por jugarse. Sin supersticiones, el asturiano condenó al partido a un final cargado con alta tensión. Su tanto lanzó una moneda al aire que podía caer por el lado de la cara, por el de la cruz o de canto. La ley de Murphy advierte que si dos de tres opciones son buenas saldrá la mala. Sin estadísticas ni matemáticas, la moneda salió del lado de la cruz. 


Logró parar Lamariano un lanzamiento de Suso desde los siete metros, pero los dos segundos que quedaban para bajar el telón pasaron demasiado rápidos. No dio tiempo a forzar el rebote de la moneda hasta el canto y el Cuatro Rayas terminó perdiendo. La Liga se despedirá la semana que viene con la visita del Atlético de Madrid a Huerta del Rey. Hasta que llegue ese día, es el turno de poner los ojos en otros dos campos para saber si el equipo de Juan Carlos Pastor se enfrenta al conjunto madrileño con la salvación matemática en el bolsillo o, si por el contario, se lo tiene que jugar ante el segundo clasificado de la Asobal.