Instantanea del partido en As Travesas. FOTO: valladoliddeporte
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 |  Cuatro Rayas Valladolid

25-23: Ahogados en la orilla de la Ría de Vigo

16 de Noviembre de 2012
Escrito por
Guillermo Sanz

Nadar para morir en la orilla. El dicho popular encaja en el resumen del partido que jugó el Cuatro Rayas en As Travesas como el zapato de cristal en el pie de Cenicienta. Se complica la vida el equipo vallisoletano que, pese a intentarlo hasta el final, no logró superar a un rival directo en la lucha por la supervivencia. Los gallegos nunca se vieron superados en el marcador e hicieron buena la tranquilidad que eso supone para ver desde la orilla cómo el equipo de Pastor se ahogaba al intentar alcanzarla.

El Cuatro Rayas salió de casa con el alma metida en el bolsillo, dispuesto a derrocharla si fuera preciso, sin escatimar en gastos de intenciones. Sin embargo, al cruzar la calle se encontró con Jorge García, dispuesto a desvalijar el espíritu con el que había pisado el conjunto vallisoletano As Travesas. El guardameta gallego se enfundó el tridente y, como un guardia civil, se dedicó a frenar en seco todos los bólidos que Pastor puso en el circuito, primero a Eilert, después a Víctor Alonso y en última instancia dio el alto a Krivokapic.

El equipo vallisoletano había encontrado un control de aduanas que le impedía seguir su camino hacia la victoria. De la de cal se pasó a la de arena en un abrir y cerrar de ojos; lo que pudo ser un 0-3 se convirtió en un 3-0. Frade, Dasilva e Isma Juárez fueron tres tormentas frías que empaparon al Cuatro Rayas en plena sequía goleadora.

Cuando menos lo espera uno, llega Murphy a visitarte, con su ley debajo del brazo. Con el famoso ingeniero norteamericano tomando café con pastas en As Travesas, lo normal es que las aguas no corran por el cauce deseado. La tostada caía del lado de la mermelada y lo que no paraba Jorge se encargaba de hacerlo la madera. Félix en dos ocasiones se topó con el palo y Ávila sumó una más para las estadísticas en la primera mitad. Mientras, el Octavio navegaba con el viento de cara y colocaba un tranquilizador 6-2. Una calma que quiso perturbar Pastor con un tiempo muerto revitalizante.

Víctor Alonso afinó su punto de mira y comandó el asedio amarillo a la muralla gallega. Dos zarpazos suyos y uno de Félix volvían a meter a los vallisoletanos en el partido (6-5), una iniciativa que no gustó a Quique Domínguez que emuló a Pastor y pidió aire, invocando a la tarjeta verde.

Ahí fue cuando retomaron la escalada los gallegos. Primero recuperaron la renta de tres goles perdida (9-6) y después se ensañaron con la defensa intermitente del Cuatro Rayas, con Dasilva en modo tanque, hasta agenciarse la mayor renta del partido (14-8).  Bozovic y Peciña se encargaron de maquillar el marcador al filo del descanso para dejar vivas las esperanzas amarillas, que aún podían cazar a su rival (14-10).

El Octavio golpeó primero en la reanudación. Cacheda, el alma de los gallegos, recuperó un balón perdido por Kallman para encender el luminoso en la segunda parte. A partir de ese tanto el reloj se paró para los locales. Los pupilos de Quique Domínguez entraron en estado de shock y en casi doce minutos sólo lograron sumar dos goles más a su casillero. A la intermitencia de la defensa pucelana le tocaba el turno de corriente continua y Héctor Tomás se encargaba de aislar la meta del Cuatro Rayas por si le traicionaba algún calambrazo vigués.

Con oficio, el equipo de Pastor fue recortando las diferencias hasta llegar al ecuador del segundo periodo con 17-17 que prometía un final de infarto. Gonzalo Porras se encargó de devolver la igualada al luminoso. El objetivo, a partir de ese punto, no era otro que cortar la escapada gallega y aprovechar un despiste para adelantarles por la derecha.

Cada vez que el Octavio lanzaba el guante, el Cuatro Rayas lo recogía para volvérselo a lanzar en un intercambio de golpe en el que el equipo de As Travesas jugaba con ventaja, ya que los hombres de Pastor no lograban quitarse el jersey de lana y ponerse uno de algodón que les picara menos, o lo que es lo mismo, no lograron una primera ventaja que les diera un mínimo margen de error. Pudo hacerlo Eilert, pero Jorge García puso la guinda a su gran actuación.

Con Víctor Alonso (siete goles del asturiano) cogiendo la pala, dispuesto a remar para llegar a la orilla como jefe del Kayak amarillo, se llegó al último minuto con un empate a 23 que dejaba abierta la caja de las sorpresas. El gol de Colorado desde los nueve metros dejaba como bueno el empate, pero en su búsqueda del punto Bozovic perdió un balón que terminó en las manos de Javier Fernández, el encargado de ahogar (25-23) a un equipo que nadó con todas sus fuerzas para evitar morir a orillas de la Ría de Vigo.  
 


FICHA TÉCNICA DEL PARTIDO

25.- Academia Octavio (14+11): Jorge García (p.), Isma Juárez (3, 1p.), Arkaitz Vargas (-), Dasilva (4), Cacheda (5), Javier Fernández (4, 2p.) y Colorado (3, 1p.) –Siete inicial- También jugaron: Chantada (p.s.), Alemany (-), Kallman (2), Víctor Frade (4) y Sedano (-).

23.- Cuatro Rayas Valladolid (10+13): Héctor Tomás (p.), Porras (2), Eilert (2), Krivokapic (4), Ávila (-), Félix (2) y Víctor Alonso (7, 3p.) –Siete inicial- También jugaron: César Pérez (p.s.), Peciña (2), Fernando Hernández (1) y Bozovic (3).

Parciales cada cinco minutos: 4-1, 6-3, 6-4, 9-6, 13-8, 14-10 – Descanso- 15-12, 17-15, 18-17, 20-20, 23-23 y 25-23 –Final-.

Árbitros: Rodríguez Rodríguez y Pastor Gamón (Federación Gallega y Catalana). Excluyeron dos minutos a Dasilva (Min.12), Alemany (Min. 20) y a Frade (Min. 36 y 53), por parte del Academia Octavio y a Ávila (Min. 22) y Peciña (Min. 50), del lado del Cuatro Rayas.

Incidencias: Partido perteneciente a la décima jornada de la Liga Asobal, celebrado en el Pabellón de As Travesas de Vigo.