García Vega choca con un defensor del ARS. FOTOS: Mariano González
| Liga Asobal
25-22: Festival de errores con final feliz
23 de Marzo de 2013
Sile, nole, sile, sile, nole. En este extraño idioma hablaban los niños en la patio del colegio cuando pasaban los cromos de las colecciones de moda entre las manos de sus compañeros. Colecciones de fútbol, de coches, de series de dibujos animados... de todo. Hasta de fallos. Así, el patio de Huerta del Rey convirtió el duelo entre el Cuatro Rayas y el ARS Palma del Río en una colección de fallos, nuevos y repetidos, que terminaron convirtiendo el encuentro en una ruleta rusa de la que salió victorioso el conjunto vallisoletano; que logró completar primero el álbum, cogiendo una nueva bombona de aire y dejando la soga puesta en el cuello de los cordobeses, que cada vez ven más lejos el ascenso.
Volvió a la portería amarilla un cromo desaparecido por las lesiones: Yeray Lamariano. Lo hizo vestido con el traje de gato montés. El retorno del eibarrés fue por la puerta grande, acumulando paradas a la velocidad de la luz y frenando en seco cualquier intento de insurrección por parte del ejército de César Montes.
Fernando Hernández, por partida doble, y García Vega se aprovechaban de los nervios que el Palma del Río tenía cosidos en la camiseta y macaron el camino que debía seguir el equipo vallisoletano (4-1). César Montes quiso frenar lo que tenía visos de convertirse en una sangría con un tiempo muerto que reactivara la circulación de un equipo con más intención que acierto.
El corazón del equipo palmeño fue Dublino; el único que parecía capaz de arañar desde el extremo la coraza de Lamariano. Entre él y Verdugo lograron apretar el marcador hasta el 4-3. No fue más que un espejismo y al Palma del Río se le paró el reloj cuando más lo necesitaba.
Basándose en una defensa sin filtraciones, el Cuatro Rayas volvió a subirse al ascensor para poner la máxima ventaja hasta el momento en el luminoso (8-4). Pudieron hacer más daño las saetas de Juan Carlos Pastor, pero el brazo de Eilert se quedó sin pólvora. Después de una semana alejado de la competición por un esguince, el danés volvió a dejar ver su cara más despistada y no dio ese plus de calidad para dar el golpe de gracia a los cordobeses, que dejaban patente la fragilidad de su línea defensiva en cada ataque pucelano.
El Cuatro Rayas no supo quemar los cartuchos encontrados con las exclusiones visitantes, pero supieron mantener a su favor un ritmo lento, somnífero, casi de canción de cuna. Con estos acordes soporíferos se llegó al tiempo de asueto (12-8).
Los primeros compases del segundo periodo parecían dejar una banda sonora más acelerada, con Eilert atreviéndose desde la línea de nueve metros y acertando. El cañonazo del danés desorientó el punto de mira de los vallisoletanos, que entraron en un momento de dudas con los goles de Luisfe (13-11). Los mismos sudores fríos se multiplicaron cuando el ARS Palma del Río escaló casi hasta la cima en la que sesteaba el Cuatro Rayas (16-15). Un primer aviso que puso en alerta a un Juan Carlos Pastor que recurrió a su primer tiempo muerto.
Las órdenes del técnico vallisoletano no surgieron efecto en primera instancia y los pupilos de César Montes lograron igualar el encuentro con un gol a la contra de Martínez (18-18). El partido se convirtió en ese momento en un concurso de fallos en el que el Palma partía como favorito. El cúmulo de despropósitos de uno y otro equipo de cara a portería sirvió para que el Cuatro Rayas volviera a coger las riendas del juego, recuperando una ventaja de dos goles que obligó al entrenador del conjunto andaluz a pedir una tregua (20-18).
La historia del partido se convirtió en una película de cine de autor; con la temática trascendentalista de fondo, por lo que había en juego para uno y otro equipo, pero carente de la salsa de una película de acción: los disparos certeros. Un encuentro no apto para amantes de las palomitas ni del cine de acción, con Luisfe y Eilert coleccionando fallos en una y otra portería. Las balas de fogueo no dañaban a los porteros y sí a los palos que les rodeaba o a las vallas que rodean el coso pucelano.
Las opciones de remontada del Palma se quedaron en su versión liliputiense cuando García Vega ponía la ventaja máxima del partido (24-19) a menos de cinco minutos del final. Los cordobeses intentaron regar la recta final con una nueva dosis de arrestos, pero ya era tarde. El parcial final de 1-3 sólo sirvió para maquillar un resultado que deja al Cuatro Rayas a tres puntos de los puestos de descenso y al Palma de Río a seis de la salvación.
FICHA TÉCNICA
25.- CUATRO RAYAS VALLADOLID (12+13): Lamariano (p.), Fernando Hernández (4, 1p.), Eilert (4), Peciña (-) Ávila (2), Krivokapic (4) y Megías (-) -Siete inicial- También jugaron: Héctor Tomás (p.s.), Garcia Vega (4), Porras (4), Bozovic (3, 3p.), César Pérez (-) y Víctor Alonso (-).
22.- ARS PALMA DEL RÍO (8+14): López (p.), Vermirovsky (2), Luis Felipe (5), Ruano (-), Martínez (3), Dani Hernández (4) y Dublino (2) -Siete inicial- También jugaron: Ramón Fuentes (p.s.), Juanlu (-), Padilla (5, 3p.) y Bustos (1).
Parciales cada cinco minutos: 3-1, 4-2, 7-4, 10-6, 11-7, 12-8 -Descanso- 13-11, 16-14, 18-18, 21-19, 23-19 y 25-22 -Final-
Árbitros: Raluy López y Sabroso Ramírez (Federación canaria). Excluyeron dos minutos a Fernando Hernández (Min. 20) y a Ávila (Min. 28) por parte del Cuatro Rayas Valladolid y a Bustos (Min. 17), Dublino (Min. 18), Lubo (Min. 27), del lado del ARS Palma del Río.
Incidencias: Partido perteneciente a la vigésimotercera jornada de la Liga Asobal, celebrado en Huerta del Rey ante, aproximadamente, 1.800 espectadores.