Vasilopoulos, a fondo
Lleva dos años sin estar a su nivel, un nivel que le llevó a
firmar un contrato de casi cinco millones de euros anuales con Olympiakos. Ahora,
resucitado y recuperado para el baloncesto, Panagiotis Vasilopoulos está cada
vez mejor y con la moral por las nubes: Después de dos años, he vuelto a
disfrutar del baloncesto de nuevo. Me siento muy bien, reconoce el jugador con
una sonrisa de oreja a oreja. Se sabe un líder dentro de esta plantilla
dirigida por Ricard Casas y el propio entrenador lo sabe: cuando llegue el
momento decisivo, uno de los que debe hablar con los árbitros es Vasilopoulos. Me
gusta mucho el entrenador, ya que nos deja que hagamos lo que creamos
conveniente. Eso es un síntoma de que confía mucho en nosotros.
Tener a alguien que ha jugado, y brillado, en Olympiakos y
PAOK, es un plus para una plantilla como la que tiene el CB Valladolid. Él lo
sabe: Tengo que aportar mi experiencia. He formado parte de los mejores equipos
de Europa y, gracias a eso, tengo que intentar ayudar a los compañeros,
entrenar lo más fuerte posible y estar concentrado siempre. Palabras de un
jugador que conoce su rol y lo ejecuta a la perfección. Para muestra un botón:
en la práctica con Palencia, apenas anotó cuatro puntos, pero repartió juego,
asistencias y se sacrificó el primero para robar balones y luchar los rebotes. El
carácter griego, conocido en todo el mundo de la canasta, acompaña a Vasilopulos,
como no podía ser de otra forma: Puedo sumar mi energía, mi deseo de ganar, mi
pasión por el baloncesto.
En las pocas semanas que lleva en Valladolid, la estrella
griega hace un análisis ambicioso del club. Este equipo tiene que crecer en
las ansias de victoria. Esto es lo que tenemos que construir desde abajo. Además,
su adaptación con sus compañeros está siendo excelente, como él mismo reconoce:
Disfruto mucho. Hay muchos jugadores jóvenes que quieren aprender u quieren
hacer las cosas bien. Quizá no tengamos superestrellas, pero sí tenemos lo que
necesitamos. El mejor jugador de la plantilla del CB Valladolid ha hablado. Y debe
ser escuchado.
