Hansen confirma su dimisión

El jueves dio una pista y el viernes se resolvió el caso. Mike Hansen hizo pública lo que parecía la crónica de una dimisión anunciada. Al ya expresidente del CB Valladolid se le acabaron las pilas y decidió cerrar su breve etapa en sillón presidencial: "Presento mi dimisión irrevocable como presidente del CB Valladolid. Me voy con la cabeza muy alta", declaró el de Torrejón de Ardoz en su despedida. 

Hansen se apea del barco morado, y lo hace con conciencia tranquila, como expresó en la sala de prensa: "El alcalde me pidió que fuese presidente. No me arrepiento y puedo dormir tranquilo por lo que he hecho. Nadie puede decirnos, a Javier Baró y a mi, que no lo hemos intentado", declara. 

En su despedida tuvo palabras para los empleados del club, que viven una situación crítica con importantes retrasos en el pago de sus nóminas. "Lanzo un llamamiento para que la lamentable situación que viven los empleados se pueda solucionar lo antes posible", reclama Hansen, que quiso agradecer a la ACB la oportunidad brindada para que el equipo formara parte de la Liga Endesa: "Doy las gracias a la ACB por darnos confianza y una última oportunidad". 

El, desde hoy, expresidente del club morado, se va de Pisuerga con la amargura de no haber podido ser él el que gaste la penúltima bala de la recámara del CB Valladolid. Un proyectil que no iba a malgastar a cualquier precio: "Yo no ficho a nadie si no tengo dinero. Para crear más deuda que no cuenten conmigo", declara rotundo Hansen, que añade: "Hemos cumplido hace tiempo el plazo. Yo ya no puedo involucrar a más gente", asegura “porque no puedo engañar a la gente prometiendo cosas que no puedo cumplir”. 

El resumen que hace Mike Hansen de la situación del club no puede ser más cristalino. "El club no tiene la culpa de lo ocurrido, sino los dirigentes", apunta. El motivo de la crítica realidad que vive el CB Valladolid está motivado, a juicio del expresidente, por la mala gestión de las anteriores presidencias: "Cuando te gastas más de lo que tienes para hacer un equipo pasan estas cosas. Este club ha querido ser algo que no es", declara. Las miradas apuntan a los anteriores responsables, especialmente Jose Luis Mayordomo, quien llevó al club a un concurso de acreedores para, sólo un año después, volver a generar un agujero en las arcas de Pisuerga.

La línea de crédito de 800.000 euros solicitada para sacar adelante el equipo ha sido declarada como inviable, y con ésta rechazada, la continuidad del club se pone en entredicho, pese a que Hansen no pierde la fe: "Estoy convencido de que el CB Valladolid competirá en ACB este año, pero no de la manera que yo proponía", concluye. 

Acompañando a Mike Hansen, se encontraba su adjunto en la presidencia, Javier Baró, que tampoco continuará en el club. Baró reconoció públicamente que la deuda del club ronda los 7 millones de euros, a la vez que asegura que gracias a los empleados, que no han denunciado aún su situación, el club sigue vivo. En caso contrario, según sus palabras, “la sociedad debería liquidarse”.

Minutos después de la despedida de Mike Hansen, comparecían en rueda de prensa los patronos de la Fundación Baloncesto Valladolid, que vuelven a coger el timón de la nave morada: Juan Vela, como presidente, Luis Antonio Gómez e Ignacio Zarandona. La idea que trasciende de sus declaraciones es que el club debe seguir adelante, pero con la condición de cumplir un presupuesto. “La viabilidad dependerá de la financiación que se consiga. Contemplamos unos dos millones de presupuesto para este año”, explica Vela, quien se muestra razonablemente optimista porque “hay gestiones en curso que pueden resolverse favorablemente a principios de septiembre.

Pero la pregunta estrella no fue contestada por Juan Vela, sino por Luis Antonio Gómez. “¿Habrá equipo en ACB la próxima campaña?”. La contestación apenas resuelve la duda: “Si los patrocinadores que tenemos avanzados materializan su contrato a tiempo y cumplimos el presupuesto que ya tenemos avanzado, sí”. Por tanto, no queda otra que esperar la llegada de un Cid Campeador que elimine de un plumazo todos los problemas que arrastra un CB Valladolid que vive sus horas más agónicas de sus casi 40 años de historia.