60-83: El sueño se torna en larga pesadilla

Si algo caracterizaba a este Blancos de Rueda es que no se arrugaba ante nadie y plantaba cara al rival más temible. Pues bien, tuvo que llegar el mal día de los vallisoletanos precisamente en su mejor escaparate, la Copa del Rey de Madrid. Los nervios, el escenario y, sobre todo, un rival enchufado desde el principio terminaron con el sueño de un conjunto pucelano que, por momentos, vivió una pesadilla en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid.

El partido comenzó con nervios por ambas partes. Pérdidas de balón, fallos en lanzamientos sencillos, dieron un primer cuarto de tanteo pobre pero donde ya se pudo ver que había jugadores a los que les podía la competición.

Esa tónica se mantuvo al inicio del segundo periodo pero el acierto en los triples sirvió para conectar a un Power Valencia con sed de venganza y hambre de título. El Blancos de Rueda, por su parte, comenzaba a sufrir de miedo escénico. Un conjunto incapaz de frenar el ataque rival, no dentro de la pintura ni en su tiro exterior. De esta forma, del 16-19 de los primeros diez minutos se pasó a un decepcionante 30-44 al descanso para el conjunto de Pesic.

Quedaba saber si aparecía el Blancos de Rueda de las grandes ocasiones. Ese equipo que al descanso recibe la clase magistral de Fisac y sale dispuesto a dar la vuelta a la situación. Pero esta vez ni siquiera el técnico tuvo su día. El vestuario sólo sirvió para enfriar aún más las aspiraciones de los vallisoletanos, que a medida que pasaban los minutos veían como la diferencia se transformaba en sonrojante.

Una renta valenciana que en el tercer periodo superó la veintena de puntos, con Víctor Claver como líder de un conjunto que con sus torres dominaba el rebote de las dos canastas y castigaba cada fallo del rival. El partido ya estaba muerto y ambos entrenadores comenzaron a pesar en su futuro, los vallisoletanos en dar minutos a los chavales y los valencianos en el partido de semifinales.

Al final, 60-83 en un encuentro del que sólo se puede salvar la actuación de Diego García, al menos en la tarea anotadora. Más preocupante fue la respuesta de hombres como Van Lacke, Dumas o Nacho Martín, llamados a liderar el sueño de la Copa y a los que esta noche les constará conciliar el sueño.