Atletismo  |  Behobia

Un aniversario con color pucelano

10 de Noviembre de 2014
Escrito por
Javier Garcia

Más de 31.000 corredores se dieron cita este domingo para disputar el 50 aniversario de la Behobia. Una fecha especial, que nadie quería perderse, y los corredores vallisoletanos no iban a ser menos. Con el recuerdo en la mente de todos de Arantza Ezquerro, fallecida en la edición anterior, los corredores se disponían a tomar la salida por turnos, para disfrutar de los 20 km desde Behobia hasta San Sebastián, en un recorrido novedoso.

El reguero de deportistas iba arañando poco a poco los kilómetros y las historias personales empezaban a aflorar. Una de ellas, la de un vallisoletano de pro, Isaías Granado (Solorunners). Con sus 79 años a la espalda, el padre de Juan Carlos Granado -entrenador de  José Carlos Hernández, ganador de la prueba- habitual en las pruebas populares, se embarcó en una nueva aventura para celebrar sus 50 años de matrimonio. Durante el recorrido, "las imágenes de mi matrimonio se mezclaban con las de las carreras que he disputado, la moto por la que conocí a mi mujer, mi entrada en el Estadio Olímpico en la maratón de 1992 -que me emocionó- o cuando quedé Campeón de España de mi categoría en 20 km. en Pravia en el 85, cuando tenía 50 años", recordaba un Granado que sentía ir en volandas por el recorrido gracias "al público que ha animado a todos pero he notado que se ha volcado conmigo porque como junto a mi nombre llevaba Valladolid escrito, se ha pasado toda la carrera gritando mi nombre y vallisoletano por todas las calles y eso es un orgullo".

Un orgullo que compartió al cruzar la meta cuando se enteró de que había ganado José Carlos, "un gran amigo mío", al que espera ver el año que viene porque "si me respeta la salud, que cuenten conmigo para el año que viene".

Allí espera estar también Ana Martín García (Solorunners), una pucelana que solo lleva siete meses corriendo por culpa de "mi hermano y mi cuñada que me han metido el gusanillo". Los nervios y la emoción se podían ver en la cara de Ana antes de la salida ya que "carreras largas solo he disputado la Media de Valladolid y me han dicho que ésta es dura, pero me he propuesto acabarla y lo haré". 

Ese espíritu le acompaño durante toda la prueba ya que "las sensaciones han sido todas buenas, la organización impecable y el ambiente antes de la salida, genial". Aunque para la corredora vallisoletana lo mejor fue "la animación durante toda la carrera que ha sido espectacular, casi te llevaban kilómetro a kilómetro. Y a la llegada desde Miracruz, que ha sido muy duro, viendo el mar al fondo, la recta final con tantísima gente animándote por tu nombre, se me caían las lágrimas y todo".

El gusanillo de la Behobia, y de correr que "es algo que necesito con mayúsculas" ya ha entrado en el cuerpo de Ana para no salir, al igual que les pasó hace tiempo a Francisco Javier Rodríguez Pérez (Atletas Populares) y a Daniel Arranz (Solorunners). El primero disputó su tercera edición consecutiva y reconoce que "el recorrido ha sido más ameno y entretenido que el anterior". Y destaca por encima de todo "el ambiente en las calles ya que hacía que los corredores estuviéramos motivados en todo el trayecto".

Un trayecto, un nuevo recorrido, que para Daniel Izquierdo (Solorunners) ha sido "un acierto ya que se mantiene la esencia, los toboganes se hacen después de la bajada, se evita la zona del puerto que era lo más aburrido y se suaviza un poco Miracruz". Como el resto de atletas pucelanos, Izquierdo, quien a nivel personal ha cumplido su objetivo de bajar de 1 hora y 50 minutos, destaca "el ambiente de la carrera y la organización que tiene un verdadero mérito ya que cada año mejora aunque aumente el nivel de participantes", aunque lamenta a "los de siempre, los que utilizan una fiesta del deporte como fines políticos".

Una fiesta del deporte que celebraba sus bodas de oro y, visto lo visto, cumplirá muchos años más puesto que reúne todas las cualidades para asegurar su longevidad: un paraje único, un público entregado y unos atletas que, año a año, acuden en masa para contar sus historias como mejor saben, corriendo.