UN MINUTO PARA SOÑAR

David de la Fuente | Diario de un aficionado
23 de Diciembre de 2012

Ya sabíamos que iba a ser complicado el partido. Jugar contra el Barcelona actual es casi sinónimo de derrota, y por más que uno quiera ser un soñador. . . un pellizco de realidad como por ejemplo la clasificación que dice que de 16 partidos (hasta hoy) han ganado 15 y empatado 1 te hace pensar que saldremos con 0 puntos, pero ¿quién sabe? ¿Acaso no era el día de la lotería y además hemos superado el día del fin del mundo?

Lleno absoluto en Zorrilla. Las típicas frases de no cabía ni un alma, lleno hasta la bandera o estaba abarrotado, cobran su sentido más absoluto. Según he oído por la radio a Íñigo Torres, era la novena vez en la historia del club que el Real Valladolid SAD reconocía el “no hay billetes” ¡Qué pasada! Y la verdad es que así se veía en el campo. Daba gusto, parecía el día de la promoción ante el Alcorcón, o el de otras grandes ocasiones. No me cansaré de repetir, que esto es lo que se vive en Primera y no debemos perderlo nunca de vista. . . volver al infierno otra vez ¡No, por favor!

El partido transcurre según lo previsto, pero de repente algo cambia, parece que pasa un ángel por Zorrilla porque entramos en un sueño mágico. Lo comentamos en la grada, algunos lo decimos en serio y otros lo comentan con cierta sorna, pero el caso es que todos decimos que hoy va a volver a marcar Javi Guerra. Llegan los minutos finales y perdemos 0-2. Parece que está todo perdido, pero Djukic hace su segundo cambio. Quita a un luchador y agotado Manucho y saca a la máquina de marcar goles al campo.

El partido que minutos antes parecía hasta aburrido del monólogo que estaba siendo por parte del Barça, cambia por completo. Todo lo que hace Guerra lo hace bien. Toca el balón con sentido, se desmarca, roba, corre, lucha cada jugada y ¡sí, sucede! Balón centrado por la derecha, remate inapelable de Guerra, una mano increíble del espectador de lujo de la noche y pilla con toda su furia el rechace que lo manda al fondo de la red ¡goooool, gooooool, goooool! Ya casi nos habíamos olvidado de esa frase del “speaker” que grita eufórico ¡goool de Jaaaaavi. . .! y todo el estadio como una única garganta gritamos ¡Gueeeerra!

Un minuto para el final y atendemos expectantes a que el cuarto árbitro levante la tablilla con lo que va a alargar. Tres minutos. Suficiente para que la enchufe de nuevo. Le enseño a Rodrigo dos dedos que significan los dos goles que va a marcar nuestro delantero y además es como la “V” de victoria. Robamos el balón, no podemos estar sentados en los asientos porque lo tenemos a tiro. Sufrimos, vibramos y. . . después de soñar un minuto, como si del sorteo de la lotería fuera, cuando cantan el gordo, miras tu décimo y ves que no es el tuyo y dices “al menos tenemos salud” sucedió el gol de Tello.

Pues eso, al menos tenemos salud, pero nadie nos va a quitar ese minuto que disfrutamos pensando que podíamos empatar al Barça. A ese Barça que hemos aplaudido cuando han nombrado a Tito Vilanova que desde aquí te deseo una pronta recuperación, cuando hemos aplaudido a los campeones del mundo Villa o Iniesta, pero por supuesto no tanto como en los cambios de nuestros Rubén Peña, Javi Guerra o el "Gran Capitán" Javi Baraja.

Caímos, pero caímos con la cabeza bien alta. Hemos vuelto a demostrar por qué #somosValladolid y por qué lo llevamos siendo todo 2012 y por qué lo vamos a seguir siendo el año que viene, que para estrenarlo, los Reyes Magos nos van a traer la victoria de Vigo, y es que tenemos enchufe con ellos, porque si no lo sabéis, son familia de “Mágico” Óscar. Feliz Navidad a todos y seguiremos soñando, aunque sea solo un minutito.

Vamos Pucela, Pucela siempre, en 2012, y en 2013 también.