RARO, RARO, RARO

David de la Fuente | Diario de un aficionado
29 de Septiembre de 2013

Un partido raro el de ayer, pero raro, raro, raro. . . para empezar el horario, pero como todos los horarios a día de hoy son raros, pues casi que el día y la hora es de lo más normal; y para seguir, pues todo lo demás: desde ver a un Pucela jugar con dos delanteros (ni los más viejos del lugar), hasta que Omar que sale en la segunda parte no puede terminar el partido y Ebert hecho polvo también, no puede ser sustituido y acaba de aquella manera. Poco a poco.


Es típico viernes de otoño, un día que podríamos definir como “puñetero” por no usar otro calificativo peor. Toda la tarde lloviendo a rachas, día incómodo que parece que a la hora del partido se calma y al menos nos deja entrar tranquilos al estadio aunque con el paraguas o el chubasquero de la mano. Ya que de lluvia hablamos, un consejillo: es más cómodo llevar el chubasquero que un paraguas, y si lleváis paraguas ¡por favor, que sea pequeño! no como el del señor que se sienta delante de mí, que parece más una sombrilla (solo le falta que ponga Nivea) de lo grande que es, y claro, me escurre el agua sobre las rodillas. . . ya no le digo nada porque tiene el hombre su edad y para qué discutir. Me compré un pantalón chubasquero con el que no me mojo nada y estoy bien cómodo.


Siguiendo con la lluvia, al final del partido estuve “discutiendo” con una aficionada que se quejaba porque con tanta lluvia no la habían dejado los acomodadores subir de la Preferente B a la Tribuna. Pues por una parte tiene razón que hombre, ya que somos los de siempre haber tenido un detallito no estaría mal por parte del club, pero por otra. . . ¡ejem! Paga más y tendrás un sitio en el que no te mojas, y es más, si pagas aún más, tendrás un sitio en el que no te mojas y además tendrás calefacción. . . dicho lo cual, insisto en lo primero “presi, un detallito de vez en cuando para con los de siempre, venga, porfa”.



Y sigo con lo raro que fue el partido: salimos al campo fenomenal, con Guerra y Osorio dominando la situación, que no el gol ¡las que fallasteis los dos! Menos mal que luego os resarcisteis; Baraja y Sastre presionando y robando cerca de su área. Bien, no estábamos gustando y cuando mejor estamos jugando ¡zas, jarro de agua fría! Primera llegada del Málaga y no perdonan. No miramos los unos a los otros, agachamos la cabeza y pensamos que no remontamos el partido ni locos, de hecho deambulamos un buen rato hasta volver a entrar en el partido. Ahí reconozco que el público estuvimos bien, y mira que era difícil. En vez de pitar y silbar como se ha hecho en otras ocasiones, nos dimos cuenta de que el equipo nos necesitaba y comenzamos con unas tímidas palmas y nos fuimos entonando poco a poco para entonar nuestros ¡Pucela, Pucela!



Descanso y al bocata pasados por agua. ¡Cómo caía en el descanso! Y para más inri, no tiene más el de la megafonía que poner para amenizar este ratillo la canción de Efecto Pasillo “No importa que llueva” que creo que nos motivó a todos porque dice “no importa que llueva si estoy cerca de ti” y en la segunda parte ¡vaya si estuvimos cerca del equipo! Y por qué no decirlo, el equipo estuvo cerca de nosotros, sobre todo cuando tuvimos que cantar todos ¡goooool de Jaaaavi (cómo me gusta) Gueeeerra! Empate a uno. Raro que remontemos, raro muy raro. . . y no paramos ahí, que en pocos minutos viene el segundo que lo mete Osorio.

 Remontada total y ya no paramos en todo el partido de cantar nuestro ¡vamos mi Pucela, vamos campeón!

¡Anda! Ahora el Málaga ya no pierde tiempo. . . les tenemos desarbolados con un medio del campo Baraja-Rossi imponente. Y llega el esperpento. Nos empatan con un golazo después de un mal despeje o jugada tonta. . . se lesiona Omar. Hacemos el tercer cambio y luego el sinsentido de todo lo que hizo Ebert: no sé a qué se dedicó el último cuarto de hora. Se venía a la banda izquierda para mandar a Peña no sé dónde, cojeaba, no hacía más que reñir a sus compañeros, reñir al banquillo, pedir un cambio que no podía ser porque ya no teníamos más. . . un espectáculo a mi modo de entender bochornoso. Y por cierto, ¿si no podía más porqué sacaba los saques de esquina? Demasiado . . . es que no sé ni cómo definirlo, quizá sí, demasiado esperpéntico.



Pero al final empatamos, casi a la heroica que me da que es lo que nos va a tocar este año, sufrir mucho, mucho mucho. Como vamos a sufrir la semana que viene, pero por qué no, los accidentes y las sorpresas existen. A lo mejor se da también un partido raro, raro, raro y ganamos al Barça. Si alguien puede y se lo merece somos nosotros ¡vamos Pucela, vamos campeón!