Carlos Suárez
Carlos Suárez

EL BAILE DE ENTRENADORES

Sergio Horas | Análisis
8 de Noviembre de 2015
La estabilidad es fundamental, y en el mundo del fútbol más si cabe. Está demostrado que los equipos que mantienen un mismo bloque durante varias temporadas tienen más opciones de triunfar que los conjuntos con proyectos cortos y previsiones de futuro nulas. El Real Valladolid es un claro ejemplo de sociedad caótica abocada a mantenerse a flote por nómadas del fútbol que no terminan de asentarse nunca en la ciudad. 


Desde la temporada 1951/1952 hasta la actualidad (64 años) el Real Valladolid ha contado con 61 entrenadores diferentes, contando también a varios interinos que ocuparon el banquillo unas pocas jornadas en lo que el club se hacía con un nuevo director de orquesta. Todo esto se ha incrementado desde la llegada a la presidencia de Carlos Suárez, dueño del Real Valladolid tras la compra del 58,09% de las acciones en 2011. 


Desde su llegada en 2001 hasta nuestros días (14 años) los aficionados blanquivioletas han visto hasta 18 técnicos diferentes, incluyendo a Miguel Ángel Portugal, nombrado recientemente. Y los resultados esperados siguen sin llegar.


Pepe Moré era, sin haber nacido en Valladolid, un hombre de club. El segundo jugador con más partidos solo superado por Alberto Marcos y el único jugador que ha sido capaz –en los 87 años de historia del club- de levantar un trofeo nacional (Copa de la Liga). 
Moré, tercer entrenador con más partidos en la historia del Real Valladolid, daba a la entidad una tranquilidad muy poco común en los equipos pequeños. La salvación se antojaba un objetivo –a priori- sencillo de conseguir y la afición disfrutaba de Bizarri, Tote, Caminero, Sales o Sousa. 


Con su destitución en 2003 se cerraba un ciclo para abrir otro, más intranquilo y convulso. Fernando Vázquez llegaba para descender, junto con Antonio Santos, al Real Valladolid a la Segunda División del fútbol español.  


José Luis Mendilibar, actual entrenador del Eibar, llegaba en la temporada 2006/2007 para solucionar lo hecho en las dos anteriores temporadas en la división de plata. Consiguió el ascenso con un equipo histórico que llegó a estar veintiocho partidos oficiales sin perder. Era el hombre indicado hasta que, tras tres temporadas y media, fue cesado. Como con Moré, el equipo descendió de nuevo y se mantuvo en Segunda hasta la llegada del serbio Miroslav Djukic.


Djukic llegaba con muy poca experiencia pero con una ilusión desbordante. Consiguió el ascenso y logró realizar una magnifica temporada en Primera división. La llamada del Valencia, equipo en el que había jugado, truncó la estabilidad del Real Valladolid. 
Tiempos de incertidumbre


La grave crisis que está asumiendo el club castellano no es solo económica, también lo es institucional. Tras cambiar a todo el personal deportivo del club siguen sin dar con la tecla con el entrenador. La temporada pasada era Rubi quien no cumplía las expectativas de ascender y esta, con Garitano, daba a entender –a tenor del inicio liguero- que tampoco traería los resultados marcados. Veremos si Miguel Ángel Portugal logra encauzar de una vez por todas el barco y conseguir una cierta unión con la afición, que está muy alejada de la nueva plantilla. El tiempo dirá si Suárez ha acertado o, si por el contrario, ha errado de nuevo en una decisión transcendental para el futuro de la entidad.