ABAJO EL TELÓN

Charlie Carballo | Aficionado fiel
6 de Junio de 2013

Se acabó la temporada para los equipos vallisoletanos y afortunadamente el próximo año en casi todas las disciplinas deportivas contaremos con clubes en la máxima categoría. Incluso un club más en División de Honor de balonmano femenino gracias al ascenso logrado por las chicas del BM Aula Cultural; desde aquí mi más sincera enhorabuena.  

Estoy casi convencido de que los ciudadanos de Valladolid nunca lo valoraremos en su justa medida. Quizás seamos, junto con Barcelona, la ciudad con más equipos en la élite deportiva.   

El pasado domingo se cerró la temporada de una de las mejores formas posibles; la consecución del título de la liga de rugby por el VRAC Quesos Entrepinares tras un partido no apto para cardíacos, en el que estuve a punto de caerme de la silla de ruedas debido a la emoción. Un encuentro que pudimos perder con el tiempo ya cumplido, con un golpe a palos del equipo contrario. En ese momento, creo que todos los seguidores vallisoletanos nos encomendamos a Eolo, dios del viento, y hasta yo mismo que sé de sobra que físicamente soy incapaz de soplar, en ese preciso instant,e hasta obligué a mis pulmones a exhalar un poquito de aire. Afortunadamente el viento no nos defraudó, y un golpe que en principio iba bien dirigido, en el último instante una ráfaga del aire que habíamos estado invocando aparece, y el balón oval se va fuera de los palos. SOMOS CAMPEONES.

En la celebración salgo al césped con silla de ruedas y todo, y cuando llego cerca de Fernando de la Calle, en lo que probablemente sea su último partido en activo, no duda en quitarse la camiseta para dármela a mí. Ya con eso está todo dicho. Este tipo, además de haber demostrado durante su dilatada carrera deportiva ser uno de los más grandes deportistas vallisoletanos, por encima de todo para mí sobresale su enorme humanidad. Ni que decir tiene que todas las fotos que me saqué posteriormente con jugadores y aficionados, mi cara refleja una emoción extraordinaria. Absolutamente todo el mundo me demostró que el VRAC, independientemente de ser un equipo campeón, ante todo es una gran familia. Ahora mismo, mientras estoy escribiendo estas líneas la emoción perdura, y creo que jamás olvidaré esta final, y sobre todo el gesto de Fernando. Tampoco me quiero olvidar del equipo de El Salvador, que sin duda volverá con títulos para nuestra ciudad. Dos equipazos de rugby en División de Honor de rugby, ¡qué lujo! 

Durante las últimas semanas también hemos asistido a otras despedidas emotivas de personas ligadas al deporte vallisoletano.   

No puedo olvidarme del "hasta luego" de Juan Carlos Pastor, entrenador de mi BM Valladolid durante los últimos 18 años (en el tiempo que llevo yo como abonado del club solamente le he conocido a él en el banquillo vallisoletano). Es realmente una pena que cualquier jugador o entrenador que destaque en el balonmano español tenga que irse al extranjero para que sea valorado, tanto deportiva como económicamente, debido a la precaria situación del balonmano español. Supongo que la crisis económica que está sufriendo nuestro país influirá, pero es que hay cosas triviales, como por ejemplo que la ASOBAL no tenga una página web en condiciones donde, “día sí día también”, los amantes del balonmano ni tan siquiera podamos seguir la jornada virtual por problemas técnicos. Vale que hay crisis, pero que no digan que no pueden hacer una página web en condiciones. Volviendo al tema de Juan Carlos Pastor, que me enrollo demasiado con la pésima gestión de la Asobal, desde aquí le deseo toda la suerte del mundo en su nueva aventura europea. Hasta siempre amigo.       

También existen jugadores del BM Valladolid que nos dejan, Víctor Alonso, Patrick Eilert, Héctor Tomás, García Vega, y sobre todo Marco Krivocapic, que abandona la práctica en activo del balonmano y comienza en Hungría una nueva etapa junto a Pastor. Un recuerdo muy especial para el bueno de Óscar Perales, que se llevaría una grata sorpresa si supiese la cantidad de personas que nos hemos acordado de él en los últimos tiempos.

Parece ser que el proyecto deportivo va a seguir a pesar de la precaria situación económica heredada. Se ha confirmado el fichaje de un nuevo entrenador y la renovación de Gonzalo Porras y de Fernando Hernández, y se rumorean posibles fichajes ya realizados.    
  
Estoy completamente en contra de la subida de abonos propuesta por el nuevo presidente (nada menos que un 45%), porque parece ser que en este país todos los despilfarros económicos cometidos por otras personas tienen que ser pagados por los “ciudadanos de a pie”, y es que es un tema que llevo mucho tiempo sufriendo, y por el que me siento tremendamente nervioso y susceptible.

Por último, no me quiero olvidar del entrenador del Real Valladolid durante los dos últimos años, el del ascenso a Primera División, y esta campaña en la que la salvación se logró a falta de varias jornadas para el final de la liga. Aunque yo no soy un seguidor apasionado del fútbol, pero en los partidos que he seguido al Pucela me ha encantado su estilo de juego. Como persona, Djukic también se ha integrado bastante en la ciudad; por lo menos en lo que se refiere al ámbito deportivo, yo le he visto como un aficionado más en partidos de balonmano y de rugby.

Un último deseo para la temporada próxima, que los resultados sean parecidos a los de este año.

¡¡¡SOMOS VALLADOLID!!!